Nunca en la historia de la Premier el Manchester United había tenido tan pocos puntos a estas alturas. Desde 1992, cuando se refundó la primera división, ni siquiera en manos de un perdido David Moyes los red devils habían estado tan desamparados. Louis Van Gaal abandonó el césped del Stadium of Light con un rostro entristecido y angustiado. El United no había perdido en Sunderland en toda su historia.

Dos años y 300 millones de inversión después, tienen 41 puntos en la jornada 26, uno menos que Moyes en su particular pesadilla. La derrota por 2-1, con autogol de David De Gea, encuentra un nuevo sótano en el declive de la entidad. Apartados de la lucha entre los cuatro primeros en Manchester saben que la clasificación para la Champions de la próxima temporada es un objetivo casi ilusorio.

"La cuarta plaza está muy difícil", admitió Wayne Rooney a las cámaras de televisión en el túnel de vestuarios. El capitán replicaba el mensaje que les había sugerido el propio Van Gaal, que en un inesperado guion de los acontecimientos está repitiendo las palabras que condujeron al desempleo a su probable sucesor. José Mourinho, cada minuto un centímetro más cerca de Old Trafford, cambió el discurso de los títulos al de quedar entre los cuatro primeros cuando el Chelsea comenzó a perder partidos y acabó marchándose de Stamford Bridge diciendo que la cuarta plaza era casi un milagro. El punto exacto donde transita ahora el United.

El Chelsea venció ayer al Newcastle por 5-1, con dos tantos de Pedro Rodríguez en su mejor día con los blues . Los pupilos de Hiddink también han quedado fuera de un domingo estelar donde los cuatro fantásticos del campeonato se enfrentan entre ellos. En el Emirates Stadium, el Arsenal recibe al cada vez menos modesto Leicester. En la segunda función del día, el Manchester City intentará sobreponerse a una larga lista de bajas para vencer al Tottenham.