Ferrari es Ferrari. Tienen al nuevo campeón, Kimi Raikkonen (en la foto, junto a Hamilton), y a Felipe Massa, que es irregular pero veloz. McLaren, cuyo coche deberá pasar, al igual que el Renault R28, un examen antiespionaje ante la FIA, tendrá seguro un coche veloz y Lewis Hamilton volverá a recuperar su papel de favorito. BMW, cuya capacidad de innovar es grande y, tal vez, sepa aprovechar el cambio de reglamento, aspirará al podio en cada carrera de la mano de Nick Heidfeld y Robert Kubica, dos grandes pilotos.

El 2008 representa un regreso al pasado, cuando las manos del piloto fueron decisivas. La desaparición de las ayudas al piloto y la aniquilación del control de tracción hará mucho más nerviosos, resbaladizos y sensibles los coches (hay quien cree que cuando aparezca la lluvia serán inconducibles y hasta se puede suspender la carrera) y es ahí donde las manos del bicampeón asturiano pueden marcar la diferencia.