Va bien encaminado que Manuel Mosquera pueda continuar en el banquillo del Extremadura la próxima temporada, aunque sea en Segunda División B y disponga de un contrato difícil de asumir a nivel económico fuera del entorno del fútbol profesional. Las reticencias iniciales que dio a entender el club azulgrana se van despejando, o al menos es lo poco que trascendió de la reunión cara a cara que tuvo lugar ayer por fin entre el técnico gallego y el presidente, Manuel Franganillo. No hubo comunicados oficiales, pero las posturas se acercaron después de unos días de escasa comunicación entre ambas partes.

De hecho, Franganillo ofreció a Manuel cumplir su contrato en vigor con el conjunto almendralejense, a falta de conocerse más matices de la propuesta, y la respuesta resultó muy receptiva. El exfutbolista, todo un ídolo en la época dorada del CF Extremadura en Primera y Segunda División, está muy a gusto en la capital de Tierra de Barros y le gustaría liderar la lucha por reconquistar un puesto en el fútbol profesional. También al Extremadura se le podría hacer muy cuesta arriba tener que afrontar su finiquito y a buen seguro que intentará lanzar el mensaje de que el entrenador se trata de un hombre fundamental para recuperar la unidad de todos. Ocurre esto tras una campaña muy complicada: penúltimos en Segunda y una situación agitada a nivel institucional.

Presidente y técnico quedaron en seguir viéndose durante los próximos días para continuar explorando las posibilidades de futuro y, si es posible, trabajar en la configuración de la nueva plantilla. El club se ha mantenido informado sobre el mercado de futbolistas potentes para Segunda B, adonde tendrá que acudir porque la mayor parte de su plantilla 2019-20 es muy difícil que continúe por motivos económicos. Varios jugadores se han despedido ya tras terminar sus cesiones. La idea es también darle protagonismo a la cantera, en la que se ha hecho un esfuerzo en los últimos años.

Tras completarse el descenso deportivo, la situación empieza a normalizarse en el Francisco de la Hera, pero todavía queda mucho por planificar.