La afición del Extremadura sigue frotándose los ojos para ver a su equipo fuera de puestos de descenso. Lo hace cuatro meses después de que cayera al pozo del infierno. Desde ese momento, nunca había perdido la fe, aunque hubo un tramo donde el pesimismo amenazaba con inundar cualquier atisbo de esperanza. Fue justo en ese momento en el que regresó el gallego más querido que ha tenido Almendralejo: Manuel Mosquera. Su vuelta ha supuesto un giro radical de la situación y del contexto del Extremadura en esta competición. Pero, especialmente, ha sido una transformación basada en un cambio muy focalizado: construir una mentalidad ganadora.

Hay un ejemplo que lo marca todo. Hace apenas dos meses, el Extremadura visitó el nuevo estadio de Los Cármenes para medirse a un Granada que por entonces era líder. Los azulgranas jugaron sesenta minutos con uno más, pero apenas gozaron de ocasiones para hacer cosquillas al rival. Valió el punto, pero nadie estaba convencido de que se podía hacer más.

Con Manuel, la mentalidad y el positivismo se eleva a la máxima potencia. «Nosotros somos el Extremadura y salimos siempre a ganar. Con el respeto a todos los rivales, pero con la cara apretada y a ganar. Siempre así», ha repetido el gallego una y otra vez. Una y otra vez. Tantas y tantas que ha convencido a sus jugadores de que son capaces de hacerlo. Y en Málaga y Coruña ha quedado más que claro.

Hay una estadística demoledora. El Extremadura, con Manuel en el banco, ha logrado 16 de 24 puntos posibles. Si la competición hubiera arrancado con su llegada, tras ocho partidos, el conjunto azulgrana sería cuarto y estaría en puestos de playoff, sólo por detrás de Osasuna, Sporting y Mallorca.

«Ahora somos el equipo perro de la categoría. Ese equipo incómodo al que nadie quiere enfrentarse». La frase es de Pardo, protagonista con dos goles claves en las últimas dos victorias en La Rosaleda y Riazor. «Desde el primer día que nos metimos en descenso teníamos en la cabeza salir de ahí. Aún quedan jornadas, pero asomamos un poco la cabeza», decía el central valenciano, cuyo rendimiento es de sobresaliente en los últimos partidos.

Otro que progresa al alza es Alfredo Ortuño. Ya nadie lo compara con Enric. Al murciano le faltan goles, pero le sobra trabajo y criterio en la punta de lanza. En Riazor completó uno de sus mejores encuentros. «Sabíamos que nadie daba esperanzas por nosotros en un campo así, pero hemos dado el paso adelante que requería este equipo. Ahora somos un conjunto que quiere el balón y quiere mandar en los partidos».

El ‘secreto’

¿Cuál es el secreto ? «Pienso que todo viene del cambio en los entrenamientos. Ahora veo al equipo feliz cuando entrena. Estamos siendo felices y cuando uno es feliz entrenando, lo transmite después en el campo. Son entrenamientos en los que nos divertimos y eso es muy importante», relata Ortuño.

No obstante, la huida del descenso no impide que dentro del vestuario se haya declarado el estado de prudencia. En el primer entrenamiento de la semana, Manuel reunió a todos sus jugadores y les advirtió que, si levantan el pie del acelerador, todo puede cambiar de nuevo. «Siete partidos es una barbaridad. Quedan 11 puntos para los 50 y no podemos parar».

En la misma sintonía reflexiona Roberto Olabe, que en Riazor se estrenó como goleador en la división de plata. «Salir del descenso es significativo y dice que estamos haciendo bien las cosas, pero aquí no te puedes crear nada. La tortilla puede girar en dos semanas y tenemos que seguir apretando el día a día».

Lo que parecía un mano a mano entre Extremadura y Lugo se ha convertido en una guerra con hasta seis equipos por eludir el último puesto de descenso, sin olvidar que Nástic y Córdoba, descolgados, todavía podrían tener algunas cosas que decir. El Extremadura tiene dos puntos de margen con el Lugo y está a un solo punto de tres equipos: Numancia, Rayo Majadahonda y Tenerife, precisamente su rival del próximo sábado, a partir de las 20.30 horas.

El conjunto de Manuel tiene claro que el encuentro ante el Tenerife es otra gran final en el camino hacia la permanencia, ya que un triunfo les ayudaría a rebasar al cuadro canario y, además, les haría ganar el golaveraje particular tras el 0-0 en el Heliodoro Rodríguez López.

El Extremadura descansará hoy y empezará mañana a preparar esa gran cita. Lo hará de nuevo en el Francisco de la Hera, con la afición empujando de nuevo a los valientes. Esos mismos que ahora saben que son capaces de cualquier cosa.