Cierto, han pasado 30 años pero aquella final fue una de las finales más discutidas, bueno, aún trae cola, de la historia de los Mundiales. Ahora, después de que varios aficionados argentinos, que no han parado de perseguirle, le dedicasen en las redes sociales durísimas palabras como desear que él y toda su familia se contagien del coronavirus, Edgardo Codesal, dentista de profesión, el árbitro de la final del Mundial de Italia 1990 en la que la Argentina de Diego Armando Maradona cayó ante Alemania (1-0) por un penalti más que discutible, ha decidido hablar.

Codesal, que vive desde hace 40 años en México, criticó este sábado con mucha dureza al Pelusa, actual entrenador del Gimnasia de La Plata. "Era un líder y hacía cosas increíbles dentro de la cancha, pero es una de las peores personas que he conocido en mi vida", afirma Codesal en declaraciones al programa de radio Tirando paredes.

Expulsado antes de empezar

Codesal, que además de pitar aquel penalti tan polémico dejó a Argentina con nueve jugadores al expulsar a Pedro Monzón y Gustavo Dezzotti, considera que ya debió expulsar a Maradona antes de que arrancase el partido. "En efecto, pude haberlo expulsado antes del partido por el insulto que le hizo a todo el estadio. Traté de calmarlo, pero no quiso entender. Le dije que no perdiese la cabeza, que demostrase la clase de jugador que era y se sacase la espina en la cancha", sostuvo el colegio uruguayo, en relación a la reacción de Diego cuando, desde las tribunas del Olímpico de Roma, pitaban el himno nacional.

Codesal, que tiene tres hijos uruguayos y otro mexicano, reveló que hubo más situaciones que sucedieron durante el encuentro y que hubiese podido ser, perfectamente, motivo de expulsión. "En un momento (tras la expulsión de Monzón), me dijo que sabía que la FIFA me había enviado para robarle a Argentina. Ahí también le pude haber mostrado la tarjeta roja", aseguró.

Desear la muerte de sus hijos

Codesal, que vive en la ciudad mexicana de Querétaro, recuerda que cuando Maradona acudió a esa ciudad, no hace mucho, al frente del Dorados de Sinaloa, antes de regresar a Argentina para dirigir al Gimnasia, le oyó decir que sé que aquí hay ladrones, lo que me dolió, pues quiere justificar lo que no pudo conseguir en la cancha. Volvería a pitar aquel penalti y a pitar todo lo que pité en aquella final.

Antes de acabar la entrevista radiofónica, el excolegiado recordó lo que le está sucediendo actualmente, que no deja de ser una consecuencia de aquel arbitraje de 1990. Hay argentinos que me escriben a diario en Facebook que ojalá mis hijos y mis nietos se contagien del Covid-19, y se mueran, y que yo tenga que ver el sufrimiento. Hay una enfermedad mental total en la mezcla del fútbol con la vida", comentó, para añadir: "No todos son así, desde luego, pues mi cariño por Argentina viene desde mi familia. Mi abuelo fue argentino, tengo sobrinos allí. Pero muchos me siguen llamando ladrón".