Diego Maradona, que ha subido de peso en las últimas semanas y se disponía a someterse a un tratamiento en Suiza, ha sido ingresado esta noche en una clínica de Buenos Aires por decisión de su médico, Alfredo Cahe.

El ex futbolista sufrió una descompensación física durante la tarde, aunque un allegado a su familia dijo a EFE sería sometido a un control "que estaba programado", versión que se diluyó cuando las autoridades de la clínica Güemes confirmaron los primero.

El breve parte distribuido minutos después de su ingreso al centro asistencial aclaró que el nuevo problema de salud que el astro ha sufrido no está relacionado con el consumo de drogas peligrosas.

Maradona fue trasladado desde la casa de sus padres, situada en el barrio porteña de Villa Devoto, al sanatorio en una ambulancia dotada con elementos de atención para enfermos con problemas cardíacos.

El fin de semana pasado Cahe indicó que Maradona estaba a punto de viajar a Suiza para someterse a un tratamiento debido a que en los últimos tiempos ha subido de peso por falta de aplicación en su conducta alimenticia.

Cahe precisó que estaba excedido en alrededor de cuatro kilos y dijo que era necesario alejarlo de sus amigos y su entorno para iniciar un nuevo tratamiento de recuperación.

El tabaco

"Está fumando tres o cuatro habanos por día. Para él que no fumaba nada, es demasiado. Pero Diego es un paciente obediente después de lo que hemos pasado en el sentido de tomar la medicación", comentó el médico. Añadió que "no consumió más cocaína, pero eso no quiere decir que uno no siga trabajando en la personalidad de tipo adictiva" de Maradona.

El ex jugador campeón del mundo con Argentina en el Mundial de México'86 estuvo al borde de la muerte a principios de 2002, cuando sufrió una crisis cardíaca en la ciudad uruguaya de Punta del Este.

Posteriormente se alojó en un centro médico especializado en la rehabilitación de adictos de La Habana, Cuba, donde pasó alrededor de tres años. "Pelusa", adicto a las drogas desde los años ochenta en los que triunfaba en Europa, alcanzó a detener su caída libre en 2005, cuando tocaba fondo y decidió abrir otro capítulo en su vida.

Una historia clínica alarmante

Pesaba unos 128 kilos y su corazón parecía decir basta. Sus seguidores ponían flores frente a sus fotografías en el portal de la cínica en la que las multitudes lloraban y rezaban mientras los médicos controlaban, dentro, el respirador artificial que lo ayudaba a seguir en carrera.

Su historia clínica era alarmante: hipertensión, problemas respiratorios, apnea del sueño, miocardiopatía dilatada, diabetes y función renal alterada. Pero de buenas a primeras, en 2005, volvió a escena como si poco de malo hubiera pasado en los oscuros tiempos de consumo de estupefacientes, de autodestrucción sistemática y de desquicio estético.

Fue sometido a un "by pass" gástrico en Cartagena de Indias, Colombia, por Luis Felipe Chaux y otros tres cirujanos. Al poco tiempo pesada 65 kilos. En las últimas semanas se lo vio gordo otra vez, y algunos medios argentinos de comunicación de Buenos Aires coincidieron en que su nuevo problema es el alcohol. Maradona está otra vez ingresado en una clínica y varios de los peores tramos de su vida vuelven a reciclarse en la memoria colectiva.