El fútbol será la nueva fuente de negocio de la Costa del Sol. Lo fue el golf y lo es el gol ahora. Marbella, ese paraíso vacacional cuyo nombre va ligado a los ricos del siglo XX, sigue siendo una capital turística. Pero en los últimos años se ha erigido en un gigantesco centro de entrenamiento futbolístico durante el invierno, crudo en Europa.

Las cifras cuentan que la temporada pasada -de enero a marzo- hubo más de 44.000 pernoctaciones ligadas al fútbol. Dicho de otro modo: una media de 12 equipos estuvieron a la vez en la Costa del Sol durante el parón de invierno.

¿Parón? El 7 de enero habrá un Borussia Dortmund-PSV Eindhoven, el día 9 coincidirán un Lokeren-Werder Bremen y un Vaduz-Borussia Mönchengladbach y el día 12 se jugará un Sparta Praga-Friburgo, por citar algunos de los casi 200 partidos amistosos que se disputarán en la costa malagueña. El pistoletazo de salida de un enero repleto de derbis y citas internacionales será el duelo del día 3 entre el Atlético Marbella y el Inter de Milán, que buscará en el suave clima andaluz la fuerza para reaccionar en la Liga, donde es séptimo. El día 8 visitará al Udinese.

Solo paran las competiciones europeas. El fútbol no se detiene. Y menos en la Costa del Sol, preparada para el trajín que se avecina. Más de 70 equipos se hospedarán en Marbella y alrededores. Cada uno tendrá un coordinador exclusivo, de guardia las 24 horas, para que no falte de nada. La gestión de la estancia de cada club corre a cargo de Football Impact, una empresa especializada en organizar pretemporadas y giras.

«Nos encargamos de todo desde que aterrizan en Málaga», explica Andrés Roldán, uno de los dos responsables. Ese todo implica a 85 personas, desde ejecutivos a responsables del césped, que cuidarán de que los equipos se preocupen solo de entrenarse. Nada más. Ni hoteles ni comida ni traslados…

El Marbella Football Center (cuatro campos reglamentarios y cuatro de fútbol-7) ha sido el foco de atracción de una actividad económica pujante: en el 2010 acudieron 10 equipos; hasta marzo serán cerca de 90, entre profesionales y casos como la Puskas Academy, húngara como el Videoton, de la Primera División.

La aglomeración obliga a buscar alternativas, entre urgentes y originales. «La demanda es muy alta», explica Antonio Vega, que es responsable de Relaciones Institucionales y proyectos estratégicos del Ayuntamiento. «Hemos habilitado un campo de polo en Sotogrande en uno de fútbol buenísimo porque nos falta espacio», cuenta Roldán.

De Florida a Puerto Banús

Hay clubs de golf que reconvierten parte de su espacio en rectángulo de fútbol, como Alhaurín o la dama de noche. Además del Marbella Center, están reservados los campos de Marbella, San Pedro, Estepona Mijas, La Línea y Benahavís. Las llamadas de última hora han obligado a desviar a los rezagados a otros centros, como los de La Manga y Pinatar -la competencia de la región murciana- y el lujoso Villaitana, donde estará el Schalke 04, el Legia Varsovia y el Grasshopper, entre otros.

Los clubs exigen servicios exclusivos. No se comparte más que los 90 minutos que pretende simular la competición. El coste de la estancia oscila entre 90 y 250 euros por persona y día, todo incluido. «Empiezan a subir los presupuestos más altos», admite Roldán. El poderío económico de los clubs noruegos, rusos y ucranianos afronta con facilidad el dispendio al abrigo del sol. Como los suizos, huyendo del frío alpino. El Vaduz (de Liechtenstein) y el Aarau juegan en Segunda, como el Liefering en Austria y el Würzburger Kickers en Alemania.

El Dinamo de Kiev tendrá a su primer equipo, al juvenil y al sub-21 entre La Quinta y Benahavís. El Samsung Suwong de Corea del Sur permanecerá un mes, cinco días más que el Tianjin Teda y el China Fortune chinos.

La semana pasada cerraron su viaje el Sonderjyske danés y el Wolfsburgo, que cambió de planes porque iba a Florida y se unirá a su filial, que ya tenía reserva en Puerto Banús. El Lokomotiv de Moscú amplió de dos a tres sus estancias tras cancelar la de Turquía por los atentados. «La inseguridad de aquella zona nos favorece», admite Roldán, sobre uno de sus competidores. Como Dubai y Catar, más atractivos por el clima pero incómodos por las horas de vuelo, las costumbres y la mentalidad.