«Estábamos pocas futbolistas en el norte de la provincia». Marina López García (Aceituna, 20 de abril de 2001), autora del gol del triunfo del Femenino Cáceres en casa del Pozoalbense, líder de la Liga Reto Iberdrola (0-1), transmite una timidez en su voz antagónica a su descaro en el campo. Esta joven deportista no ha jugado en un equipo de chicas hasta los 15, cuando se trasladó a la ciudad del club que le acogió con los brazos abiertos hace cinco años. «Era la única del equipo», acota. Primero en su pueblo natal y después en Montehermoso, antes de estudiar en el IES Gabriel y Galán, disfrutaba de su pasión a plenitud «como una más», dice, con los niños, «que siempre se han portado muy bien conmigo».

Con 12 años viajó para hacer una prueba con la selección extremeña, «y fui con los chicos de mi zona de Montehermoso, gusté al seleccionador y después me llamaron para ir con las chicas». Ese técnico era, ni más ni menos, Óscar de Paula. Ahí empezó una carrera notable de crecimiento futbolístico que le ha hecho consolidarse en el Femenino Cáceres, con mayor protagonismo cada año y con un sueño: «llegar lejos a Primera Iberdrola, y si es posible con el Femenino Cáceres», desea.

En la élite tiene a sus grandes referentes, las jugadoras extremeñas Carmen Menayo (Atlético de Madrid) «y sobre todo» Ana Franco (Sevilla)», con la que coincidió en Cáceres, «que es buenísima».

Ernesto Sánchez la conoce bien, precisamente de las selecciones y le ha dado gran confianza en el club. «Cada año he estado jugando más; ahora llevo varios partidos estando todos los minutos», se congratula.

«Me gusta más jugar de media punta, aunque tengo que afinar la puntería», asegura Marina, que ha hecho de centrocampista durante casi toda su trayectoria, que se prolonga durante cinco años ya en su actual club, con el que ha conseguido ser subcampeona de Europa de fútbol playa, un deporte que le seduce especialmente «porque me gusta mucho hacer chilenas», cuenta como anécdota. También fue subcampeona de España de fútbol 7 en su primer año en la selección extremeña.

Su espectacular golpeo en faltas también es ‘marca de la casa’ de esta futbolista que vive en Cáceres con sus compañeras de equipo Andrea y María Polvillo, con las que, como todo el grupo, tiene una relación «muy buena» y que ello se ve en el día a día. ¿Objetivo? Crecer deportivamente y estar arriba este año con el Femenino Cáceres, «terceras o cuartas». De momento, está (están) en el camino.