Marc Márquez (Honda), que con 20 años y 63 días (ahora ya 64), se convirtió este domingo en el piloto más joven de la historia en ganar un gran premio de MotoGP, sustituyendo en el palmarés al norteamericano Freddie Spencer (Honda, que lo logró con 20 años y 98 días en Argentina en 1982), considera que "el hecho de que nadie tuviese referencias del trazado de Austin, totalmente nuevo para todos y desconocido por los pilotos más expertos de la categoría" posiblemente le ofreció "la posibilidad de intentar ganar la carrera". "Ya había hecho tres días de entrenamientos muy buenos hace poco más de un mes", ha recordado.

El bicampeón de Cervera, que ha recibido elogios de todas partes, se emoción cuando su ídolo, Valentino Rossi, pasó junto a él en la vuelta de honor e hizo el bello gesto de quitarse el sombrero tras su portentosa victoria. "Ganar la segunda carrera no es casualidad, no. Eso solo lo hace un fenómeno", afirmó luego 'el Doctor'.

Precisamente, Márquez, que lideró el 18º triplete de la historia del Mundial de motociclismo, en el que, además, los pilotos españoles acapararon ocho de los nueve puestos de los tres podios (Àlex Rins, Maverick Viñales, Luis Salom, Nico Terol, Tito Rabat, Marc Márquez, Dani Pedrosa y Jorge Lorenzo), cree que "las dificultades empiezan ahora". "Aunque creo que, al haber ganado ya, me he quitado un buen peso de encima y podré seguir trabajando con algo más de tranquilidad y menos presión", añadió tras la carrera.

El joven considera que los próximos cinco grandes premios (Jerez, Le Mans, Mugello, Montmeló y Assen) "son escenarios donde los expertos de MotoGP, especialmente Jorge y Dani, tienen mucha información y saben perfectamente cómo afrontar los fines de semana para, luego, el domingo sacar gran partido a su experiencia". "Insisto, eso no ocurría en Austin, donde todos partíamos de cero e, incluso, tanto Dani como yo contábamos con la ventaja de haber hecho tres días de ensayos muy provechosos", apostilló.