La jornada oficial de entrenamientos del Gran Premio de la República Checa dejó muy claro que la genética juega una baza importante en el motociclismo y es un factor a tener en cuenta, pues al hablar de estas cuestiones referidas a la ‘Saga Márquez’ sólo se pueden ensalzar las ‘agallas’ que ambos hermanos mostraron en el circuito de Brno.

El Gran Premio de la República Checa, el primero tras el regreso de las vacaciones estivales para todos los pilotos, pudo comenzar con mejor pie, y eso a pesar de la lluvia que enturbió o al menos quiso enturbiar, sin éxito, el desarrollo de la segunda jornada, en la que Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V) protagonizó una exhibición brutal y su hermano Alex (Estrella Galicia 0’0 Kalex), no le anduvo a la zaga.

Marc Márquez volvió a hacer de las suyas y lo hizo con la aquiescencia de todo su equipo, pues fue de los pocos pilotos, junto al australiano Jack Miller (Ducati Desmosedici GP19), que optó por montar neumáticos de seco al final de la segunda clasificación, a pesar de que el asfalto no lo estaba y la amenaza de lluvia resultó mucho más cierta que una simple posibilidad.

La intención del equipo Repsol Honda, seguro, era que Marc Márquez saliese a pista, tirase y consiguiese el mejor tiempo en una vuelta rápida.

Dicho y hecho, pero el quíntuple campeón del mundo de MotoGP siempre quiere más. Lanzó a todos sus rivales un mensaje incuestionable, y es que el circuito de Brno, históricamente no demasiado favorable a las características de la Repsol Honda, podría dejar de serlo a partir de hoy.

Mientras, Alex Márquez (Estrella Galicia 0’0 Kalex) calcó la estrategia de su hermano a la perfección, a la hora de montar neumáticos de seco y también por su arrojo en pista, lo que le valió para endosar más de dos segundos al británico Sam Lowes (Kalex).

Los únicos que no pudieron utilizar estrategias de seco/mojado fueron los pilotos de Moto3 ya que en la lluvia no dio opciones. Tony Arbolino fue el más rápido.