Marc Márquez (Honda) estaba, cómo no, pletórico al concluir el Gran Premio de Tailandia donde se convirtió en el octocampeón más joven de la historia sustituyendo al británico Mike Haiwoold y amenazando, ahora sí, el imperio de Valentino Rossi, a quien ya solo le separa un título mundial. Es más, el propio Doctor ha reconocido que aunque él merecería tener, al menos, tres títulos más a Márquez no le va a ser nada complicado igualarme y hasta superarme. A ese piropo, cómo no, se añadió el rookie de la temporada y protagonista de la gran carrera de hoy en Buriram, el joven francés Fabio Quartararo (Yamaha), que reconoció que lo que está haciendo Marc, desde la conquista del título de 125cc hasta hoy, es realmente increíble, pues solo tiene 26 años.

Márquez ha explicado este domingo que todo se debe a su preparación, sí, también al duro trabajo de Honda pero, sobre todo, al ambiente y la gente que le rodea, a esas dos familias, la de fuera y la de dentro del circuito, en las que se apoya. "Este octavo título va dedicado a todos los míos, desde la familia hasta el equipo, pasando por Honda y todos los patrocinadores. Toda esa gente está alrededor mío, me empuja y ayuda. La gente de Cervera, que tanto me ayudan, me toleran y animan; la gente más cercana, no sé mis padres, mi hermano Álex, Jose Luis (Martínez, su asistente), Emilio (Alzamora, su manager), porque uno puede ser muy bueno, tener mucho talento, pero si todo esto no está en su sitio, no cuadra, es imposible demostrar el nivel que estamos demostrando. Y, sí, ahora puedo decirlo, la conquista de este título ha sido como lo había soñado, tal cual".

Preparando ya el 2020

Preguntado por cuándo empezaría a pensar en el noveno, Márquez se tomó un pequeño respiro y dijo: "Bueno, lo primero que haremos será celebrar este un par de días ¿no? Por ejemplo, esta misma noche en el avión de regreso a casa. Y, luego, a partir del próximo Gran Premio de Japón, prepararemos el Mundial del próximo año. Tenemos cuatro carreras sin presión, lo que no significa que no vayamos a correr con la misma pasión y ganas de ganar, pues necesitamos los puntos para ganar también el Mundial de constructores, vital para Honda. Claro que mi historia dice que, al siguiente gran premio que quedo campeón, me caigo. Espero romper esa estadística porque quiero acabar todas las carreras en el podio".

Giovanni Zagmani, un periodista italiano amigo del campeón, bromeó con él ante la posibilidad de que, una vez resuelto el título (como ya ocurriese en su fabuloso 2014) se replantease, en alguno de los grandes premios que quedan, hacer doblete corriendo alguna carrera en Moto2. "No, no, ¡ni hablar!, aquello se planteó, medio en broma, medio en serio, en el 2014, pero ahora eso es una locura, imposible, pues los dos campeonatos son muy, muy, competitivos. Y, además, ¿te imaginas apareciendo yo en la parrilla de Moto2, con mi hermano jugándose el título?, no, no, nada de eso".

La victoria en casa de Rossi

Luego, Márquez hizo un pequeño repaso a la temporada y reconoció que el doblete logrado por él y su hermano Àlex en Barcelona le "encantó", porque se produjo en "casa" y ante su "gente", al igual que la victoria de Jerez y, sobre todo, el apasionante triunfo de Misano (no dijo que se había producido después de que Rossi le provocase el sábado y se corriese en su casa, en su jardín) porque, según el campeonísimo de Cervera (Lérida), venía de perder dos duelos apasionantes en la última vuelta y necesitaba ganar, ganar.

Hubo, lógicamente, un apartado técnico sobre la Honda de este año. Márquez reconoció que antes de empezar la temporada, el ingeniero Takeo Yokohama, Director Técnico de Honda Racing Corporation (HRC), le dijo: "la Ducati nos está abrasando en las rectas, pero eso dejará de ser así este año, ahora bien, ya te espabilarás tú en las curvas". Márquez confesó que le costó mucho empezar a ir rápido con la moto de este año. "Cuando tú ganas potencia, pierdes en otros puntos pero, con el duro trabajo de los míos y Honda, pudimos evolucionarla a mi gusto. Esta Honda es una moto crítica, una moto extrema, una moto muy física, una moto con la que debes jugar con los codos, buscando el cien por cien pero, cuando lo consigues, es capaz de ganar nueve carreras y no ganas nueve carreras sin una muy buena moto. Eso sí, debemos seguir trabajando en el chasis, que es el punto donde queremos mejorar, para no sufrir tanto en las curvas, en los sectores de los circuitos donde hay curvas enlazadas y tanto la Yamaha como la Suzuki se mueven de maravilla".

Un muchacho muy familiar

El nuevo y flamante octocampeón del mundo de motociclismo reconoció que, al principio, en el 2013, le costó reunir a su alrededor a toda su gente, pero, en el 2014, ya estaban todos juntos y eso es lo que le permite ganar. "Soy un muchacho familiar, me encanta estar siempre rodeado de los míos, me gusta venir al circuito, no a trabajar, sino a pasármelo bien. Es cierto que la profesionalidad es lo primero, pero me gusta convivir con los míos, hablar de otras cosas que no sean solo carreras. Por eso fui aún más feliz cuando, en el 2014, pude reunir en el equipo Repsol Honda a toda mi gente, la que me había ayudado a ganar el título de Moto2, que era el equipo que habíamos hecho a medida con Emilio" (Alzamora, su manager).

Márquez reconoce que el equipo humano que lidera el ingeniero Santi Hernández le proporciona gasolina para seguir corriendo. "Me ofrece el combustible para encontrar motivaciones nuevas. Ellos se alegran cuando gano y me empujan cuando todo se pone cuesta arriba, que es más veces de las que parece. Los míos me contagian su motivación y, probablemente, mis victorias les provoca la felicidad a ellos. Hay mucho sentimiento en nuestras victorias, mucho, y por eso queremos seguir juntos".

Un Mundial apasionante, sí

Márquez está convencido de que va a ser muy difícil, mucho, repetir un año como este. "Es verdad que siempre decimos que debemos mejorar, pero si realmente logro acabar todas las carreras en el podio, va a ser imposible repetirlo en el 2020, pero intentarlo, lo voy a intentar". Cuando le han dicho que algunos aficionados dicen que el Mundial es aburrido porque siempre gana él. "Quien piense eso es que no ha visto, por ejemplo, las últimas cinco carreras en las que, quitando, tal vez, Aragón, donde estuve muy fuerte, el resto de carreras fueron batallas hasta la última curva o sobre la misma línea de meta y, la verdad, no es nada fácil, no, subirte al podio en MotoGP. No me caigo por ir lento, no, sino porque me caigo porque empujo. Si miras la ventaja en la clasificación general puedes pensar uf! que fácil gana este tío!, pero no es así, no".

Se le ha recordado que totaliza ocho títulos, seis de siete en MotoGP, y que está a solo uno de empatar con Rossi (9). "No me obsesionan ni los nombres y eso que vosotros siempre me recordáis que voy igualando o superando a auténticas leyendas, a pilotos con los que jamás me hubiese podido comparar. Tampoco me dijo, ya lo sabeis, en las estadísticas, récords o datos. Lo más importante es disfrutar el momento y el año que viene. Si no disfrutas, si no tienes la pasión para ir en moto, para ganar, no ganas. Es más, yo diría que no hay peor compañero de viaje que la obsesión por ganar. Entonces ocurre lo del 2015. Cuando tienes ilusión puedes aceptar una derrota siempre y cuando ganes la guerra. Yo soy el primero que piensa que puede llegar un día en que algún joven repita mis números y me gane, por eso el equipo, Honda y yo tenemos que esforzaros cada año".

Así decidió atacar a Quartararo

Cuando le preguntamos si había dudado en algún momento si atacar o no a Quartararo y conquistar el título sin ganar la carrera, Márquez ha vuelto a decir que el gran premio, la octava conquista, había salido tal y como lo había soñado, es decir, ganando. En las vueltas 10 y 11, a mitad de carrera, "Fabio me ha cogido siete décimas y se ha ido un poco. Entonces ha sido cuando he pensado venga, pruébalo o déjalo ya. Ahí ha sido cuando me la he jugado en tres giros, apretando al máximo, exprimiendo el neumático y logrando mis dos o tres mejores vueltas. Era probar por probar, probar porque no me gusta quedarme en medio, no intentarlo. Y he visto que me he acercado y como me he enganchado he decidido tratar de pasarlo en las dos últimas. Ha sido un momento de riesgo máximo, sí. El último sector de Fabio era increíblemente rápido y sabía que sería la última curva, donde he repetido la maniobra del pasado año, cuando pude con Dovi, y me ha salido bien, aunque Fabio ha parado muy bien la moto".