Juan Marrero, técnico del Badajoz, aseguró que «quizá sea el año que más he sufrido desde que estoy entrenando por todo lo que ha pasado, condiciones, lesiones, etc, pero gracias a Dios hemos sabido reaccionar». Ofreció el éxito «a la afición, que es espectacular que nos ha acompañado, empujado y ha sido ese nexo de unión en un partido gris que podía ser una emboscada porque el empate era play-out pero lo de esta afición no lo veo desde hace mucho tiempo en una ciudad, esa unión que agradeces, valoras y consigues la permanencia después de sufrir». Argumentó que «había que ganar el partido ante un equipo que jugaba con cero nervios. En la primera parte nos ha podido el exceso de motivación. El equipo ve que hay 10.000 empujando y no salen las cosas. Pero cómo han reaccionado y cómo han ofrecido el objetivo a la afición». Desveló que «mi hija Paloma es la primera vez que viene a un evento así y quería disfrutar con ella, pero ya de paso he ido caminando y agradecer el apoyo y el aplauso de la afición». He estado a punto de llorar y fui a buscar a mi hija para fundirme en un abrazo, que esté orgullosa de su padre que ha luchado siempre por el objetivo que eso es lo importante».