Se fue a la cama a las cuatro de la madrugada tras celebrar con familia y amigos, con una cena en un restaurante español, el título mundial de 3.000 metros obstáculos logrado en Berlín. Apenas durmió. La descarga de adrenalina había sido fuerte y su compañera de habitación, Nuria Fernández, tenía que levantarse pronto para meterse en las semifinales de 1.500. Ayer, Marta Domínguez aún irradiaba la felicidad de ser la mejor, a punto de cumplir 34 años y con 13 medallas ya en su impresionante historial. Ahora solo sueña con descansar y jugar a fútbol en Venta de Baños.

--¿Ya se puede usted retirar?

--Este oro me da mucha confianza y me hace sentir orgullosa, pero me gustaría retirarme cumpliendo el sueño de todo deportista, que es una medalla olímpica. Guardo malos recuerdos de los tres Juegos en los que he estado y quiero volver a intentarlo en Londres en el 2012.

--¿Cuál es su secreto para coleccionar medallas de esta manera?

--Genéticamente me ha llegado de mi padre ser una persona muy trabajadora, disciplinada y perfeccionista, que no da nada por perdido, y cuando se me mete algo en la cabeza, soy muy obstinada. Aparte de eso, me cuido mucho: vivo por y para el atletismo.

--Es usted un verdadero ejemplo para la juventud.

--No me gustaría ser un ejemplo porque no me considero perfecta, ni mucho menos. Hago lo que tengo que hacer, que es mi trabajo, pero reconozco que teniendo las ideas claras y trabajando se consiguen más cosas que si no las tienes claras.

--El atletismo, por cierto, encuentra dificultades para encontrar el relevo a veteranas como usted.

--El atletismo no es un juego. Siempre se dice jugar al fútbol, jugar al baloncesto, jugar al tenis o al balon-mano. Pero nunca se dice jugar al atletismo. El atletismo ofrece trabajo, disciplina, seriedad, y eso llama a poca gente entre la juventud. Pero, aun así, estamos ilusionados con algunos jóvenes que están saliendo.

--Hablando de fútbol, ¿no le parece desproporcionada la atención que recibe comparada con la de otros deportes, entre ellos el atletismo?

--El Barça es más que un club, y el fútbol es más que un deporte. Y es verdad, el fútbol está por encima de todo, nos guste o no. El fútbol tiene su espacio, mucho o poco, según se mire, y el atletismo tiene el suyo. Nos gustaría tener más, es verdad. A lo mejor necesitamos a un Rafa Nadal.

--A propósito de Nadal, Gasol, Contador y otros. ¿Usted siente ya que está entre los mejores deportistas españoles de todos los tiempos?

--Es un orgullo escuchar esto, pero tampoco me importa demasiado. Soy lo que soy, y mientras trabaje y dé lo mejor de mí misma, ya estoy orgullosa. No hace falta que nadie diga que soy la mejor.

--Lo que está claro es que ahora es usted muy feliz.

--Estoy feliz porque toda la gente que me quiere está feliz. Estoy feliz por ellos. Yo he hecho mi trabajo.

--En Berlín, lo están haciendo mucho mejor las mujeres españolas que los hombres. ¿Por qué será?

--Las mujeres no somos mejores, ni mucho menos; estamos en igualdad de condiciones. Pero si los hombres tienen más fuerza física, las mujeres somos más cabezonas, más trabajadoras y con más ganas de demostrar al mundo que somos iguales que ellos. Tener esa capacidad nos hace esta arriba.

--Si hubiera seguido en los 5.000 metros, ¿habría llegado a ser campeona del mundo?

--No lo sé. Nadie es imbatible, y para mí las dos medallas de plata en 5.000 son igual de importantes que este oro. Pero ahora estoy en la prueba que más me gusta y que se adapta mejor a mis condiciones. Antes le tenía miedo a la ría, pero he trabajado mucho con mi nuevo entrenador, César Pérez, y lo he automatizado.

--¿Qué opina de la figura actual del atletismo, Usain Bolt?

--Me gusta que haya una persona que dé espectáculo y que corra tan rápido. Es muy bueno para el atletismo. Los tiempos van cambiando, la genética también, y Bolt es un portento físico y tiene una técnica de carrera muy buena. Con ilusión, motivación y ganas se consiguen cosas como esas.