«Si Stuani hubiese marcado el penalti, habría tomado la misma decisión». El director deportivo del Girona, Quique Cárcel, reconoció durante la presentación del nuevo técnico, Pep Lluís Martí, que la determinación de dar un golpe de timón en el banquillo estaba tomada y que solamente una victoria con muy buenas sensaciones, que no fue el caso, hubiese mantenido al frente del equipo a Juan Carlos Moreno y al resto del cuerpo técnico que quedaba de la etapa de Unzué. «Necesitábamos poder empezar de cero», añadió Cárcel, que espera a partir de este domingo ante el Extremadura un cambio radical.

«La plantilla es muy interesante y el proyecto, muy atractivo», comentó Pep Lluís Martí, que ayer por la mañana ya dirigió un entrenamiento en el que el exentrenador de Tenerife y Deportivo intentó poner su sello desde el primer minuto. «Quiero un equipo lo más agresivo y valiente posible», añadió el balear, de 44 años, que llega a Montilivi con un contrato hasta final de temporada que se prorrogará automáticamente en caso de ascenso. «No voy a cambiar el discurso», subrayó respecto al objetivo de subir a Primera. «Lo tienen interiorizado la ciudad y la entidad. Pero para llegar al final con éxito hay que ir día a día. En nuestras manos ahora solo está ganar al Extremadura porque el domingo no podemos ganar más partidos».

Con una plantilla llena de talento, una de las incógnitas es saber si los futbolistas llegarán a la intensidad que reclama su nuevo técnico: «Si el Girona ha firmado a los jugadores que tiene es porque son grandes jugadores. Mi responsabilidad es sacarles el máximo rendimiento».

Martí suele alternar el 4-4-2 y el 4-2-3-1 como sistemas, pero su prioridad será transmitir la máxima energía a un vestuario que necesita autoestima.