"Recuerdo que, el día del quinto partido del 'playoff', se me rompió la patilla de las gafas. Me acompañó a una óptica el alcalde, Carlos Sánchez Polo. Sí, sí, ese día noté que los dos éramos muy populares en Andorra...". Martín Fariñas era el entrenador del Cáceres en aquella inolvidable eliminatoria en el Principado y se retrotrae a aquel día, en el que el equipo no logró la gloria, que dejaría para unos días después.

Hoy se inicia otro enfrentamiento entre unos y otros. Todo ha cambiado, aunque todo se iniciará en una fecha para la historia: hoy es 10 de mayo, vigésimo primer aniversario de aquel inolvidable ascenso ante el Prohaci Mallorca. Para el propio Fariñas la fecha no es cualquiera. "Siempre me acuerdo, incluso más que mi propio cumpleaños", dice.

El ambiente de tensión que se vivió en aquellos días finales de abril queda reflejado en esa memoria prodigiosa del entrenador alcantarino, que después lideraría al equipo hacia el ascenso. Lances del juego, juego de nervios. Pasado el tiempo, todo queda en mera anécdota en un duelo que en lo estrictamente deportivo fue "muy equilibrado, que ganaron ellos pero pudimos ganar nosotros".

En aquel enfrentamiento hubo una igualdad tremenda marcada por, según el mítico técnico, "dos estilos: el de Ray Smith, una gran individualidad, y el de Jiri Okac, el del espíritu de equipo".

En el que se inicia hoy también está todo abierto, según el propio Fariñas. "Puede ocurrir de todo", opina. Como entonces, ganar un partido fuera puede ser clave, aunque al Cáceres no le sirvió. "Tres seguidos es complicado", sí matiza. 10 de mayo, día de gloria.