Ciudad de Plasencia: Luis, Juanfran, Kolo, Richi, Chanca, Carlinos (Diego, min.45), Nacho (Víctor, min.73), Fran Díaz, Chenchu, Santi (Chencho, min.61) y David Alejo.

Arroyo: Alex, David, Tomás, Acero (Asier, min.81), Andrada, Toto, Juanqui, Pino (Sergio Iglesias, min.67), Carlos, Carralero (Carlitos, min.75) y Pablo Valencia.

Gol: 0-1: min. 84, Pablo Valencia.

Arbitro: Rangel Merchán (0). Fatal. Amonestó por los locales a Juanfran, Kolo, Chanca y Fran Díaz. Por los visitantes, amarillas a Pablo Valencia, Juanqui, Alex, Asier, al técnico Tomás García y expulsó del banquillo a Marcos, segundo técnico, tras amonestarle en los minutos 30 y 69.

Incidencias: 250 espectadores en La Vinosilla en una mañana nublada, con presencia de seguidores del Arroyo.

Disputadísimo partido el de la mañana de ayer entre dos rivales directos, Ciudad de Plasencia y Arroyo (0-1), aunque no muy vistoso de cara al espectador debido, en parte, a la igualdad mostrada por ambos contendientes y, sobre todo, al calamitoso arbitraje de Rangel Merchán, que se dedicó a entorpecer el espectáculo, señalando faltas incomprensibles, dejando sin pitar las más punibles, entre ellas un claro penalti por derribo a Pablo Valencia. Su labor más reseñable fue la de mero recaudador federativo con tarjetas sin sentido. Entre sus perlas se atrevió a conceder un descanso de 27 minutos.

Entre lo que dejó el colegiado que se jugara se pudo ver un primer tiempo donde el Ciudad debió cobrar ventaja, ya que tuvo dos oportunidades clarísimas.

Los de Tomás García apenas inquietaron, aunque supieron hacerse fuertes en el centro del campo y más tras la lesión de Carlinos, que le obligó a ser sustituido por Diego.

Tras la vuelta del largísimo descanso ocurrió la jugada del penalti no señalado, cuando Diego empuja a Pablo Valencia. Rangel fue el único que no lo vio.

Los cambios placentinos sirvieron para buscar más la rapidez por bandas, pero fue el Arroyo quién comenzó a triangular con más criterio, aunque tampoco llegaba con claridad al área de Luis.

Fran Díaz dispuso de un gran disparo que se marchó fuera por muy poco en el 64 y cuando parecía que los dos equipos daban por buena la igualada, llegó el 0-1 en el 84, obra, como no, del pichichi Pablo Valencia, que en el lanzamiento de un córner se adelantó, de cabeza, a la salida de Luis. El Arroyo volvió a agarrarse a la listeza de su mejor hombre. Ni en los seis minutos de descuento que regaló Rangel al respetable le dio tiempo al Ciudad de conseguir el empate, que hubiera sido el resultado más justo, pero es que Pablo Valencia juega en el Arroyo.