La de baloncesto masculino, probablemente la mejor selección de toda la historia de cualquier deporte español, inicia a las 0.00 horas en los Juegos de Río de Janeiro el que puede ser su gran crucero de despedida, un viaje cuya primera estación es Croacia y que pretende acabar en buen puerto el próximo día 21.

La de fútbol hizo vibrar al país; primero, de la mano del inolvidable Luis Aragonés; y, después, bajo la batuta de Vicente del Bosque con la consecución de un Mundial, intercalado entre dos Eurocopas, en el periodo comprendido entre 2008 y 2012. El balonmano español se encumbró con dos Mundiales, en 2005 y en 2013. Y el fútbol sala y el hockey patines también han proporcionado grandes alegrías, con numerosos títulos.

Pero cuando todo apunta hacia un auge definitivo en España del deporte femenino, que en equipos empieza a brillar cada vez con mayor fuerza en balonmano, waterpolo y baloncesto, es la selección masculina de este deporte la que ha proporcionado no sólo los mayores éxitos desde el arranque del Nuevo Milenio, sino los de mayor impacto a nivel internacional.

El equipo que lidera el irrepetible Pau Gasol, pionero en escalar el Everest del sueño americano, vía seguida con notable eficacia por numerosos compatriotas, lamenta la ausencia de su hermano Marc.

Podría poner el broche de oro en los primeros Juegos en Suramérica a una historia que, cualquiera que sea el desenlace final del torneo, y presuponiendo que alguno o varios de los 'pesos pesados' den un paso al lado, será casi imposible de repetir.

A POR OTRA FINAL Los hombres que dirige Sergio Scariolo lo cerrarán con una matrícula de honor si capturan una tercera medalla consecutiva, que se elevaría a 'cum laude' con una tercera final seguida. La cuarta, desde que los que ya peinan canas madrugasen salvajemente, o trasnochasen, para ver las entonces asombrosas hazañas de los Epi, Corbalán o Fernando Martín, que solamente cedieron ante un equipo en el que brillaba un joven Michael Jordan.

Los mismos que tuvieron que reprimir las lágrimas junto a aficionados mucho más jóvenes que ellos cuando España se proclamó campeona del mundo en Japón, 2006. Un equipo en el que figuraba el actual presidente de la Federación Española, Jorge Garbajosa, y que estuvo magistralmente dirigido por Pepu Hernández.

Mayúsculo es el impacto de España en el baloncesto Mundial. De los doce integrantes del equipo de Río, el único que no ha jugado o jugará en la NBA es Felipe Reyes. El pívot cordobés, de 36 años, se conforma con haberlo ganado absolutamente todo con la selección.

De los seis supervivientes de la gesta de Saitama --junto a él y contando a Pau (que no jugó, por lesión) disputaron esa final Rudy Fernández, Sergio Rodríguez, Juan Carlos Navarro y José Manuel Calderón-- solo Felipe ha completado toda la lista de medallas en la elite de una generación de oro. Que comenzó a forjarse con la consecución del Europeo del 98 y que pegó el pelotazo con el Mundial júnior un año después. Derrotando en la final a Estados Unidos.

Felipe tiene un Mundial, dos platas olímpicas y los tres títulos continentales: los conseguidos, también bajo las órdenes de Scariolo (que dirigió en Londres; la plata de Pekín se ganó con Aíto García Reneses) en 2009, en Polonia; dos años después, en Lituania; y el año pasado, en Francia. Allí eliminaron a la anfitriona, 'masacrada' en semifinales por un inconmensurable Pau, que ejerció una vez más de 'hombre de Estado', tal y como le definió el todopoderoso 'Coach K', Mike Krzyzewski, durante la presentación de la selección de Estados Unidos en Río.

Junto a los seis campeones mundiales, también buscarán la gloria Claver, Hernangómez, Alex Abrines, Sergio Llull, Nikola Mirotic y Ricky Rubio.

El viaje arranca a medianoche en horario peninsular español. Su primera estación, Croacia, que viene de ganar el preolímpico de Turín (en el otro grupo, el A, el del 'Team Usa', Serbia entró ganando el de Belgrado; y Francia el de Manila).

En la madrugada del martes al miércoles se enfrentará a la anfitriona, Brasil, dos días antes de jugar contra Nigeria. A Lituania se medirá el 13 y a Argentina, el 15. Los cuartos serán el 17 y la semifinal, el 19, dos días antes de la gran final. La del 'cum laude'. En la que habría que traspasar los umbrales del delirio para describir lo que supondría que España acabase el crucero con un título olímpico.