El Tour de Francia presentó hoy su recorrido para la edición de 2008, que contará con un 30 por ciento menos de kilómetros contra el crono y con más dificultad montañosa, una opción que beneficia la defensa del título que el 5 de julio próximo iniciará el escalador español Alberto Contador.

La ausencia de etapa prólogo y de bonificaciones a lo largo de toda la carrera, tanto en los sprint intermedios como en los finales, serán las dos principales novedades de una edición marcada por la continuidad, en la que el pelotón no precisará de largos desplazamientos en tren o avión para ir de una ciudad a otra. Los organizadores de la ronda gala dieron a conocer las 21 etapas que a lo largo de más de 3.500 kilómetros dilucidarán el podium de los Campos Elíseos el 27 de julio, pero callaron sobre uno de los secretos más esperados: el sistema de selección de los equipos.

El presidente de la sociedad organizadora del Tour, Patrice Clerc, afirmó que "la ética será la primera condición" para participar y presentó el pasaporte biológico aprobado 48 horas antes por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y la Unión Ciclista Internacional (UCI) como un salvoconducto imprescindible para tomar la salida. Con este método, que pretende deducir el dopaje a partir de bruscos cambios en los niveles hematológicos y urinarios de los ciclistas, Clerc y el Tour buscan "dejar atrás un periodo negro que ha durado demasiado tiempo" y llevar al ciclismo a un "renacimiento" acorde con el éxito popular que muestra la carrera.

"Ningún equipo tiene garantizada su presencia en el Tour", clamó el director del Tour, Christian Prudhomme, una advertencia que sonó como un llamamiento a la movilización por el nuevo sistema. El responsable de la carrera afirmó que "la bicicleta revive en el centro de las ciudades por primera vez en un siglo y el deporte de alto nivel no puede faltar a la cita con este renacimiento", convencido de que el pasaporte biológico "permitirá recuperar la serenidad" que no hubo en las dos últimas ediciones, salpicadas por escándalos sonados.

Con estos buenos augurios, el Tour se lanzará desde la localidad bretona de Brest en una etapa en línea, lo que pondrá final a una serie de 40 ediciones consecutivas que comenzaron con una lucha contra el crono. Esta disciplina es la gran perdedora de la edición de 2008, que apuesta de forma decidida por la montaña, en especial en los Alpes, con tres durísimas etapas y dos finales en alto, uno de ellos en el mítico Alpe d'Huez, a cuatro días del final parisiense.

En total, los ciclistas recorrerán 82 kilómetros cronometrados, frente a los 117 de este año, ascenderán 19 puertos de categoría especial, primera o segunda, dos menos que en 2007, tendrán cinco etapas de alta montaña y cuatro de media, y cuatro finales en alto, frente a los tres de la última edición. Etapas llanas y recorridos accidentados marcarán la primera semana que tendrá como fecha clave la contrarreloj de 29 kilómetros en Cholet, primera oportunidad para marcar diferencias.

La travesía del Macizo Central, cita con la media montaña, estará marcada por la sexta etapa, con final en alto en Super-Besse, primera meta en alto y primer test para conocer el estado de forma del pelotón. Dos etapas pirenaicas, larguísima la primera (222 kilómetros) y la segunda con final en el temible Hautacam tras haber superado antes el Tourmalet, supondrán la toma de contacto con la alta montaña.

Una jornada de reposo en Pau dará paso a unas últimas pedaladas en los Pirineos, entre Lannemezan y Foix, con la subida al col de la Gresette, antes de que los ciclistas afronten tres jornadas de transición por las rutas del sureste francés en busca de los Alpes. Ese macizo será el verdadero árbitro de la carrera, con un final inédito en Prato Nevoso, en Italia, 11,1 kilómetros con una pendiente media del 7,1 por ciento.

La segunda etapa alpina ascenderá la Lombarde y la Bonette-Resterond, cuya cumbre se halla a 25 kilómetros de la meta de Jausiers. La última cita con la montaña será la etapa reina: el Galibier y la Croix de Fer como aperitivos de las 21 curvas del Alpe d'Huez, que los ciclistas ascenderán con casi 3.000 kilómetros en sus piernas y con los Campos Elíseos en el horizonte. Faltarán dos etapas de transición y una cronometrada de 53 kilómetros entre Cérilly y Saint-Amand-Montrond, la víspera del final, para perfilar el podium final.