Hay maneras de ganar y maneras de ganar. Hay a quien le gusta luchar, a quien le gusta sufrir, a quien le encanta hacer sufrir a los demás, a quien le apetece demostrar su superioridad, quien prefiere exhibir sus manos o la potencia de su moto, el conocimiento del trazado o su picardía.

Y hay, créanme, un estilo Pedrosa, aquel que utiliza Dani, en los circuitos que le encantan, para ganar las carreras. Ayer, en Jerez, asistimos a uno de esos días de gloria del aún líder de Honda, pese a que su nuevo compañero, Marc Márquez, rookie de la categoría, ha empezado mordiéndole la oreja y ya es líder del Mundial.

Pedrosa dejó que Lorenzo, que le adelantó en la segunda curva del trazado andaluz, se pusiese líder. Y, pasadas cinco curvas, le superó y se fue, se fue, se fue. A razón de alguna décima de segundo por vuelta, Pedrosa acabó abriendo un hueco de dos segundos, suficiente, mientras el mallorquín retenía a Márquez. Esa pelea ayudó a Pedrosa aunque tal vez ayer no lo necesitaba el pupilo de Alberto Puig.

"Nunca sabes cómo va a ser la carrera y tienes que estar listo para improvisar la estrategia dependiendo de cómo veas a tus rivales", explicó Pedrosa. "He visto que Lorenzo me tapaba y he decidido intentar escaparme". Le gusta ganar de esa manera. "No, perdona, me gusta ganar". Y ayer, en Jerez, dijo pilotar con cautela en esas primeras vueltas en las que se fue.