Desde que José Fouto Galván se hizo con las riendas del Mérida UD, hace cuatro temporadas y con el equipo en Tercera División, siempre ha querido arroparse de lo que conocía y de lo que ya funcionó una vez en el Mérida CP.

Con respecto a jugadores, Olivar fue el primero de los ilustres, convirtiéndose en piedra angular del último ascenso. Tras el amago de Sinval por volver a vestir la elástica romana, llegó la temporada pasada David Pirri. Las lesiones y sanciones le hicieron tener un papel menos protagonistas del esperado.

Para el banquillo, Fouto confió durante dos años en Jaime Molina, primero como ayudante de Lucas Arnáiz, después como máximo responsable del equipo la temporada pasada. Este año, el proyecto más ambicioso de los cuatro, se confió a Fabri González, un entrenador que ya había cumplido dos etapas en el banquillo del Romano. Aunque el final para el técnico gallego no ha sido feliz, por su salida anticipada, lo cierto es que lo más duro de la temporada lo ha trabajado él y ahora se están recogiendo los frutos de su trabajo.

Un trabajo que está finiquitando Milojevic, ídolo de la afición cuando marcaba goles como rosquillas y en el que se ha confiado a pesar de ser un novato en el fútbol español. De momento ha cumplido con su primer objetivo; el domingo se verá si logra el segundo.

Desplazamiento

Por otro lado, el club emeritense ha informado de que se han completado los dos primeros autobuses para viajar a Ponferrada. El objetivo de la entidad romana es vender las quinientas entradas que se han solicitado. Lo cierto es que se prevé un gran ambiente en El Toralín, pues las colas en las taquillas se repiten durante toda la semana. Además, se van a regalar 3.000 banderas entre los aficionados.

Respecto a la actualidad de la Ponferradina, destacar que Rubén Vega está aquejado de una gripe que no debería impedirle jugar. Además el mensaje que está repitiendo el conjunto de Amaral es que "el que piense que va a ser fácil y que el equipo ya está clasificado está muy equivocado".