La cita con Rolandas Jakstas (Plunge, Lituania, 28-9-1992) es en el Centro Comercial Ruta de la Plata, donde se pide un capucchino y, a la mínima oportunidad, enseña la foto de Saule, la niña que tuvo hace seis meses con su esposa, la también baloncestista Egle Viktute-Jakstinie. El Cáceres Patrimonio de la Humanidad ha encontrado en él casi un fichaje invernal después de dos meses con una lesión de rodilla. Es menos tímido de lo que parece a simple vista. «Los lituanos no somos tan abiertos como los españoles, pero somos gente agradable», sostiene.

-¿Cómo se siente?

-Estoy feliz porque he vuelto y puedo entrenar y jugar, no como en las últimas semanas, cuando he tenido que ver a mis compañeros en la pista. Es un sentimiento muy bueno. Obviamente, todavía no estoy al cien por cien y estoy haciendo mucho trabajo con Mario [Hellín, el preparador físico] para conseguirlo. Después de más de un mes sin jugar, no solo es estar bien físicamente, sino otras pequeñas cosas. Para mí es una situación nueva porque no había estado lesionado nunca.

-¿Tenía muchas ganas de volver?

-Me despertaba cada mañana preguntándome si iba a estar bien y la respuesta era «no», hasta que por fin lo he logrado.

-Con los problemas de rodilla, ¿llegó a pensar que la temporada se había terminado?

-No tanto. Quizás que sí se extiendese un poco más mi baja. Cuando volví a los entrenamientos ya empecé a ver más cerca lo de jugar, porque cada vez veía que podía hacer un poco más.

-Su rendimiento no había sido tan bueno como en su etapa anterior en Cáceres. ¿Culpa a la lesión?

-Pienso que siempre hago mi trabajo. Puede ser que estuviese peor en cuanto a las estadísticas, pero hay más cosas. Siempre juego para el equipo, intentando hacer lo que más se necesita en cada momento. Creo que hace dos años los rivales me tenían menos respeto, me conocían menos. Ahora siento cómo me defienden más duro que entonces, pero yo siempre intento jugar al máximo. Creo que ahora aporto más cosas que antes, pero está claro que lo puedo hacer mejor.

<b>-¿Cómo vivió la pasada temporada? Tras brillar en el Cáceres, regresó a un buen equipo de su país, el Utenos, pero a los pocos meses se tuvo que ir cedido al Gries Oberhoffen francés...</b>

-Jugué en la primera división lituana y en la FIBA Champions League y tuvo cosas buenas, aunque no me vino bien que me quisiesen poner como ‘5’ cuando soy un ‘4’. Yo quería más minutos y en Francia el baloncesto era distinto, con mucho ‘uno contra uno’, sin pasar mucho el balón, pero lo hice bien.

-¿Qué espera hasta final de temporada?

-Creo que podemos llegar a los playoffs. Tenemos un buen equipo, aunque también hemos sufrido muchas lesiones, grandes y pequeñas, y no hemos podido estar al cien por cien.

-¿Las bajas han unido más al equipo?

-Puede ser, pero somos más fuertes cuando estamos todos, no solo porque en los partidos estemos más, sino porque en los entrenamientos hay más competencia. Pero también es verdad que cuando hay menos jugadores tienes menos miedo a fallar porque sabes que no es tan fácil que te vayas al banquillo.

-Su compatriota Robertas Grabauskas ha ido a más…

-Está jugando muy bien. Yo no le conocía mucho. Había jugado contra él hace cinco o seis años y ahora me parece otro jugador distinto. Al principio le pasó que le costó conectar con los demás, pero ahora ha mejorado y está encajando en el equipo.

-Todos se preguntan cómo es posible que un país tan pequeño dé tantos buenos jugadores...

-Somos tres millones de lituanos, ¿no? Pues hay tres millones de jugadores y entrenadores [risas]. Todo el mundo puede jugar o entrenar allí. El baloncesto está siempre en la calle, en la televisión... Todo mi familia está relacionada con el basket. El nivel del fútbol es terriblemente flojo.

-¿Quién era su ídolo cuando empezaba? ¿Arvydas Sabonis?

-No. Él jugaba de ‘5’, en una posición distinta a la mía. Me fijo mucho en [Paulius] Jankunas, que es un ‘4’ que hace de todo, como me gusta a mí. Es fascinante el nivel que tiene.

-¿Está contento en Cáceres como ciudad?

-Claro. Era algo fundamental para volver aquí. Fui feliz aquí en mi anterior etapa, con un buen entrenador, jugadores que ya conocía como Guille [Corrales], Luis [Parejo] y Sergio [Pérez]. Es un club estupendo y mi familia está contenta aquí. Tenía más ofertas, sobre todo de Francia, pero preferí venir porque sabía lo que iba a encontrar.

-¿Le gustaría seguir la próxima temporada?

-Es pronto para decirlo y nunca se sabe lo que pasará en la vida. Como jugador, siempre quiero dar pasos adelante en mi carrera. Todavía soy joven y lo que más quiero es estar en la pista, no en un banquillo.