A la misma hora que el Barça enviaba un email anunciando una rueda de prensa, Andrés Iniesta Luján escribía en la pizarra del vestuario: «A las 11, reunión». Las dos convocatorias tenían el mismo triste motivo.

El capitán agotó las lágrimas. Las suyas y las ajenas. Si en la repleta sala de prensa de Sant Joan Despí el mundo del fútbol pudo hacerse una idea de la emotividad del momento, con un Iniesta con los ojos enrojecidos hilvanando un discurso continuamente entrecortado, quienes escucharon ahí dentro lo que nunca habían querido oír lo pasaron mucho peor. Un nudo impedía al emblema de la plantilla, del Barça, del fútbol español, articular cinco letras. «Me voy».

LA DESPEDIDA DESEADA / Andrés Iniesta se va. Se va disfrutando de la despedida soñada, la más bella que nadie pudiera desear. Siento titular, capitán de un equipo que va a conquistar un doblete de Liga (puede certificarla mañana si suma un punto ante el Deportivo) y Copa y arropado con la presencia de las personas más significativas del Barça y de su familia.

Se marcha emocionado y en paz consigo mismo el autor de una carrera envidiable, llena de «momentos mágicos» y otros difíciles, que tuvieron más que ver con los inicios, con los sacrificios humanos y personales que hizo e hicieron los Iniesta Luján para lograr la obsesión que tenía «entre ceja y ceja» el niño: ser futbolista profesional.

«No podía haber sido más feliz de lo que he sido en el Barça» proclamó Iniesta en la hora del adiós al echar un vistazo atrás con los ojos humedecidos. Más de 30 títulos conforman un palmarés extraordinario y, sin embargo, el momento que destacó y le vino a la cabeza era de la época cuando le llamaban Andresito. «El día que debuté con el primer equipo en Brujas».

Aquel 29 de octubre del 2002 no sucedió nada especial, aunque tratándose del estreno fue titular y disputó los 90 minutos. Era un partido de liguilla de la Champions, era la quinta jornada y el equipo ya estaba virtualmente clasificado, y el Barça ganó por 0-1 con un gol de Riquelme. El recuerdo era más íntimo y simbólico que material. «Todo lo que había pasado hasta entonces era un sueño y a partir de aquel día se convirtió en realidad».

NUEVE MINUTOS / Transcurridos 16 años, cumplidos los 34, cree llegado el momento de pasar otro momento difícil, como es el de decir adiós de lo que considera su casa y su segunda familia. «El club que me acogió con 12 años se merece lo mejor de mí, como he hecho hasta ahora, y entiendo que en el futuro más cercano no podía dar lo mejor de mí en todos los sentidos, personal y futbolístico», confesaba el jugador de Fuentealbilla después de un breve parlamento entrecortado por la emoción de nueve minutos.

Iniesta entiende que no podía traicionar al Barça ni a sí mismo y ha necesitado varias semanas, meses incluso, para dar el paso que verbalizaba este viernes ante la repleta sala de prensa de Sant Joan Despí. No se veía a sí mismo iniciando otra exigente campaña en el club y se refugiará en el fútbol chino, aunque no ha querido desvelar dónde estará su futuro.

LEJOS DE EUROPA / Lejos de Europa, para evitar que un día deba enfrentarse al club de su vida. Pero ni perderá el contacto ni el interés por conocer las vicisitudes del Barça, ahora que cede el brazalete a Leo Messi, ausente igual que Luis Suárez, en el sentido acto de despedida. «Se han ido otros jugadores, se irá Iniesta y el Barça seguirá jugando bien y seguirá ganando», auguraba.

Las reacciones tras el anuncio llegaron en cascada. «Me enemoré de tu fútbol y mucho más de tu persona», le dijo Neymar. «Iniesta todavía nos tiene que ayudar a ganar un Mundial», apuntó Rafa Nadal. «Le deseo suerte, pero esto es un hasta luego», indicó Bartomeu, presidente del Barça. «El fútbol seguirá recordando a Iniesta dentro de 50 años», afirmó Guardiola.

El capitán del Madrid, Sergio Ramos, elogió hace un par de días al centrocampista del Barça: «Si Andrés Iniesta se llamara Andresinho, tendría dos Balones de Oro». Ayer escribió un simple «Gracias ¡Eres muy grande!». La opinión del central también la defendió el técnico madridista, Zinedine Zidane: «Admiro a Iniesta, le hubiera dado el Balón de Oro».

Enfilando la puerta de salida, recibió una petición de perdón de ‘France Football’ que se ha dado cuenta de la anomalía que supone que Andrés Iniesta Luján, don Andrés, no figure en el palmarés del Balón de Oro. Naturalmente, aceptó las disculpas. «No es ninguna espina haber ganado o no el Balón de Oro. Mi percepción del fútbol o de la felicidad no varía si tengo un Balón de Oro o no. Participar en el momento en que estuvimos Xavi, Leo y yo fue algo mágico». El mejor retrato de lo que llegó a ser el Barça.