El nadador catalán David Meca llegó a las 11.35 horas de ayer a San Antonio tras partir ayer poco antes de las diez de la mañana de la localidad alicantina de Jávea, con lo ha que invertido unas 22.5 horas en ser el primer hombre que atraviesa a nado el Mediterráneo entre la península y Baleares.

Meca, campeón mundial de 25 kilómetros en aguas abiertas, ha completado su hazaña superando el frío, especialmente durante una larga noche de catorce horas, y las picaduras de las medusas, además del enorme esfuerzo preciso para nadar ininterrumpidamente durante 110 kilómetros.

AMBICIOSO El nadador de Sabadell, de 31 años, alcanzó el islote balear de Ses Bledes poco antes de las 8.00, con lo que ya podía haber dado por superado su reto, pero decidió proseguir desde allí hasta San Antonio, donde le aguardaban numeroso público y autoridades.

El deportista fue trasladado inmediatamente después de pisar tierra en el hospital Can Misses de la ciudad de Ibiza, que ha hecho público un parte que indica que Meca sufre un principio de hipotermia, aunque fuentes del centro sanitario apuntaron que sus constantes vitales eran buenas para el esfuerzo que había realizado.

El nadador permanece en observación en la sala de urgencias pendiente de los resultados de una analítica completa que se le ha realizado. Se le ha administrado suero, pero todo indica que en las próximas horas será trasladado a planta.

Los médicos quisieron asegurarse de la plena recuperación del nadador para darle el alta médica. De este modo, tal y como estaba previsto, Meca espera poder ofrecer una rueda de prensa donde cuente en primera persona su experiencia.

El nadador no pudo hacer ninguna declaración a su llegada al puerto, pero sí lo ha hizo su padre, José Meca, que recibió en su nombre el ramo de flores que tenía previsto que se le ofreciera. El padre del nadador aseguró a la conclusión que hubo momentos de "verdadero miedo".

AMENAZA DE TIBURON "En especial -explicó- cuando avistamos una aleta que parecía de un tiburón pero que finalmente resultó ser un pez luna".

Además, Meca tuvo que enfrentarse durante toda la noche a una fuerte bajada de las temperaturas, a las picaduras de las medusas e incluso durante unas horas se vio obligado a nadar a oscuras porque hubo problemas con el foco que iluminaba su trayectoria.

Este ha sido "el momento de mayor peligro" porque, según explicó el padre, "en el mar te puedes encontrar con muchas sorpresas, incluidos restos de madera que están flotando o incluso palets".

Una vez en Ibiza, David Meca fue recibido por un millar de personas concentradas en el puerto de San Antonio desde primera hora de la mañana.