Ni cuatro medallas, ni tres, ni dos. España cerró la penúltima jornada de los Europeos de Barcelona con una sola medalla, la de plata, que el único hombre que lleva una camiseta personalizada en este campeonato logró en la final de los 5.000 metros. Jesús España, con su apellido escrito en la camiseta nacional, fue el único capaz de resistir la potencia del británico de origen somalí Mo (de Mohammed) Farah, que confirmó su dominio del fondo al repetir en los cinco kilómetros el título que ya había ganado el primero día en los 10.

El trío español del 5.000, que aspiraba al triplete, solo se sostuvo en una pata, la de Jesús España, que defendía el título logrado hace cuatro años en Gotemburgo. El atleta de origen etíope Alemayehu Bezabeh, campeón de Europa de cros y el único de la partida capaz de correr por debajo de los 13 minutos (12.57.25), se desfondó en el último kilómetro y cayó hasta el séptimo puesto, a pesar de haber comandado la carrera en un par de fases, el primer y el tercer kilómetro. Sergi Sánchez, subcampeón mundial de 3.000 metros en pista cubierta y plusmarquista europeo de la distancia, pagó una indisposición y se retiró a falta de dos vueltas, tras haber estado toda la carrera haciendo la goma, adelante y atrás. Solo España corrió a su verdadero nivel y, tras aguantar un par de cambios de ritmo de Farah, guardó fuerzas para superar en la recta final al fondista de Azerbaiyán de orige etíope Hayle Ibrahimov y asegurarse al menos la medalla de plata.

DOMINIO ESPAÑOL "He llegado a Barcelona en mejores condiciones que cuando gané en Gotemburgo, pero supongo que Farah también lo ha hecho", reflexionó España sobre la carrera. Farah, que se marchó de Mogadiscio a los 9 años, es el primer británico que gana el 5.000 europeo desde 1986 (Jack Buckner). En las tres últimas ediciones, el dominio había sido español: Isaac Viciosa (1998), Alberto García (2002) y España (2006). "Cuando Farah aceleró, intenté seguirle hasta que las piernas me fallaron. Vine para ganar otra vez, pero cuando eres segundo detrás de un gran campeón como Farah, tienes que estar feliz", reconoció España.

Su plata no alcanzó a maquillar del todo otro mal día del equipo español. En la final de 800 se esperaba más de Kevin López y Luis Alberto Marco después de sus buenas exhibiciones en semifinales. Pero dio la impresión de que los dos mediofondistas sevillanos habían gastado toda la gasolina en la dos carreras previas y que llegaban demasiado justos a la definitiva. Ambos, lejos de las medallas que, unos minutos antes de la salida de los 800, recibieron en el podio los dos medallistas del 1.500, Arturo Casado (oro) y Manuel Olmedo (bronce). Hoy deberían caer algunos más.