La jornada de descanso de la Vuelta estuvo marcada por el dolor de las heridas de Valverde, y también con la esperanza de recuperar para el espectáculo al nuevo ídolo del ciclismo español, quien en condiciones normales disputaría con Roberto Heras un interesante duelo por el triunfo final. Las pruebas radiológicas arrojaron optimismo, no hay fracturas, las heridas son curables, y el ánimo levantó la aguja muchos enteros. Tan sólo el tendón rotuliano coloca la incógnita en sus prestaciones.