El Extremadura tiene abrasados los pies de tanto pisar las llamas del infierno. De las 34 jornadas que se han disputado de liga en Segunda División, en 26 de ellas los azulgranas han permanecido en puestos de descenso directo. Esto, en cálculos de tiempo, es más de medio año en puestos de caída libre. La última vez que el Extremadura se vio fuera de estos puestos fue el 8 de diciembre, tras empatar en el Heliodoro Rodríguez López de Tenerife. Casi una vuelta de liga. Más de cuatro meses. 16 jornadas de manera consecutiva en la hoguera. Y a pesar de todo ello, los azulgranas mantienen intacta la fe, las ganas y la ilusión de salvar este año la categoría. Porque si los pies están abrasados, la cabeza está más limpia y motivada que nunca en el cuadro de Almendralejo.

Por segunda vez en lo que va de temporada, el Extremadura ha logrado encadenar dos triunfos seguidos. Ya lo hizo ante Reus y Málaga en la primera vuelta y acaba de repetir ante Almería y Málaga. Lo ha hecho en un momento clave, justo cuando los de abajo aprietan y donde una mala racha te deja fuera de combate. El Extremadura ha dormido dos sábados en puestos de permanencia, pero el Lugo ha aguantado la presión. «Nosotros no podemos controlar los resultados y no podemos malgastar energías en ello. No me preguntes por rivales porque no sé quiénes serán si vamos ganando. Ellos también se juegan la vida, como nosotros», dice Manuel. El técnico azulgrana sabe que su equipo no puede levantar el pie del acelerador porque la permanencia se encarece.

Vaso lleno / Hay quienes se desilusionaron con no ver al Extremadura fuera del descenso esta semana, pero hay quienes quieren ver el vaso medio lleno. La jornada ha dejado a dos equipos muy tocados: Nástic y Córdoba. Ya se sitúan a nueve y diez puntos del Extremadura, por lo que las plazas de descenso se van reduciendo. Por arriba, el Lugo apunta a máximo rival, pero en la pomada se han vuelto a colar otros como Zaragoza, Tenerife, Numancia o Rayo Majadahonda. Curiosamente, a tres de ellos (Tenerife, Zaragoza y Lugo) los tiene que recibir el Extremadura en el Francisco de la Hera.

Contra esas cifras del infierno también se topa el positivismo y buen ambiente que se ha generado en torno al vestuario. Manuel ha conseguido enchufar a todo el grupo por el objetivo y la solidaridad en el esfuerzo quedó más patente que nunca en La Rosaleda: «hicimos un partido muy completo y con un resultado merecido que nos refuerza muchísimo. Estoy convencido de que en todos hay momentos malos y, en esos momentos, en lugar de recibir puñetazos hay que sacudirse y volver a empezar. Esa fortaleza y concentración para nosotros es clave», apunta Manuel.

El técnico gallego sigue pensando que la dinámica del equipo le lleva a pensar que se pueden dar más alegrías, «pero sólo pensando en el partido a partido. Ahora sólo en La Coruña. No podemos mirar a otro lado», insiste.

El partido en Riazor del domingo será especial para Manuel, que regresa al equipo del que salió hace unos meses. No ha querido valorar la situación del Deportivo, del que se limita a decir que «es un equipo que aunque esté mal puede ganar en cualquier momento y en cualquier campo. Yo me centro en lo nuestro, que es nuestra fórmula siempre».

El Extremadura regresa esta tarde al trabajo tras dos días de descanso. «Habíamos planificado la semana así en caso de hacer un buen partido, ya que nos iremos a Coruña el viernes para concentrarnos allí hasta el domingo», señala Manuel. Será la oportunidad de que se pueda hacer algo no hecho durante todo este curso: enganchar tres victorias seguidas. Y la oportunidad de abandonar los puestos de descenso, esos que le han quitado el sueño durante más de medio año, pero que no han podido destruir todavía su ilusión por la permanencia.