Empezó el año convirtiéndose en uno de los pocos pilotos de Ferrari que gana para la Scuderia el primer gran premio en el que se viste de rojo. El bicampeón asturiano viene de dos auténticos exhibiciones a los mandos del monoplaza de Maranello hasta el extremo de conseguir dos triples (pole, vuelta rápida y victoria) seguidos en dos trazados opuestos, en una carrera de día y otra de noche. Al llegar a Monza, el asturiano dijo que para ser campeón necesitaba, al menos, dos victorias y cuatro podios. Las victorias ya las tiene (Monza y Singapur). Le quedan los cuatro podios. "Y no volvernos locos", dice pensando en los dos errores de Lewis Hamilton, al que le ha restado 50 puntos en las dos últimas pruebas.

Tiene a todo Ferrari a su lado y quisiera contar con la ayuda de Felipe Massa, cuyo papel de segundón en Maranello podría permitirle restar algún punto a los adversarios directos de Alonso. Es, con mucho, el piloto que más puntos ha conseguido en las últimas seis carreras y, por tanto, el que, viniendo desde atrás, puede estar más motivado. Ya nadie duda de que es el mejor piloto de la parrilla 2010, pero le queda demostrarlo del todo con su tercer título mundial.