Los mejores cuartos de la historia de la Liga de Campeones, cuatro eliminatorias con sabor a final, arrancan el martes y el miércoles, sin claros favoritos, con pocas pistas sobre quiénes están más preparados para avanzar a la penúltima ronda.

Quizá por primera vez desde el cambio de formato, la Liga de Campeones llega a la fase definitiva sin intrusos, porque los ocho clubes supervivientes son grandes , agrupan a los mejores jugadores del mundo y tienen suficiente historia a sus espaldas para devolver a la competición del regusto de antaño, cuando cada encuentro era decisivo.

En Madrid, mañana, habrá una cita superlativa. Exagerada por el presupuesto de los dos clubes más millonarios del mundo, porque juntará a los más ricos, a los más famosos y a muchos de los mejores. El Real Madrid podría parecer favorito y así lo confirman incluso las casas de apuestas británicas. Es el campeón, el equipo que más crece cuanto mayor es el reto y su nómina de estrellas es envidiada.

Pero el Manchester está obligado a sobrevivir y también tiene argumentos para rebatir el favoritismo madridista. Necesita llegar a la final, que se disputará el 28 de mayo en su estadio, tiene el deseo de vengar la eliminación en la temporada 99-2000 y suficiente poder intimidatorio.

El martes ofrece otro reencuentro de históricos. El del Ajax y el Milan, dos clubes que añoran épocas pasadas y que se disputaron el título en 1995, cuando el equipo que entonces dirigía Van Gaal acabó con un estilo de juego hegemónico en el continente.

EL MIERCOLES

Veinticuatro horas después, la pugna se convierte en un doble duelo hispano italiano, con Valencia y Barcelona como visitantes a la desesperada del Inter y el Juventus, respectivamente.

Ambos perdieron este fin de semana buena parte de sus objetivos en la Liga y han centrado todas sus ilusiones en Europa.

En Turín, el Juventus puede sentirse favorito, como líder de la Liga italiana, pero el Barcelona también puede oponer la mejor racha en la competición de la historia.

El conjunto de Marcello Lippi tiene, además, problemas en el ataque. Puede que se haya acostumbrado a no contar con el chileno Marcelo Salas, pero la baja del francés David Trezeguet y, la posible, del checo Pavel Nedvev limitan su potencial.

En Milán, contra el Inter de Héctor Cúper, el Valencia espera recuperar su condición de equipo fiable, la seguridad defensiva que le llevó a la cumbre en los últimos años y que perdió en el último mes.