Por segunda semana consecutiva, el Extremadura duerme en puestos de descenso en Segunda División tras cuatro jornadas de competición. Desde un análisis frío y matemático, la situación sería para estar preocupados, pero desde el prismático de Manuel Mosquera, sereno y consecuente, la cosa no parece tan delicada. «Esto suele pasar cuando ocurren estas situaciones y uno tiene ansiedad por ganar. Pero yo me centro en la fortaleza del vestuario. No me preocupa el entorno porque no conozco el entorno. No sé si son 15, 39 o ninguno. No creo en eso. Trabajamos con tranquilidad y sabiendo hacia dónde vamos», decía el entrenador azulgrana tras el empate del pasado sábado ante el Numancia.

Le vuelve a costar al Extremadura arrancar su primera victoria de la temporada como ya ocurriera el pasado año. El balance, de momento, es de dos empates y dos derrotas en cuatro encuentros. Son resultados más tirando hacia lo negativo que a lo positivo, justo al contrario de las sensaciones que desprende el equipo.

Airam Cabrera, que debutaba en competición jugando los últimos minutos de encuentro, también tenía la misma impresión: «Nos vamos con sensaciones buenas, pero tristes por no ganar. No obstante, todos somos conscientes de que en esta línea las victorias van a llegar más pronto que tarde».

El delantero canario llevaba seis años sin jugar en división de plata y estaba feliz por volver a jugar en el fútbol profesional. Sobre la dificultad de los próximos partidos a domicilio ante Zaragoza y Cádiz, Cabrera apuntó que «en el fútbol de hoy día ya no hay tantas diferencias sobre si juegas fuera o en casa. No tengo miedo a jugar fuera porque el equipo lejos transmite mucha solidez».

Sin acierto

Una de las claves que explican que la primera victoria aún se resista es la falta de gol que está teniendo el Extremadura en estas primeras cuatro jornadas. Sólo Nono y Zarfino han visto portería en competición y, para postre, ninguno de sus goles valieron para sumar puntos este.

Ante el Numancia, el Extremadura lo intentó de todas maneras, muy especialmente Alex López, que se marcó un partido descomunal que no fue premiado con el gol. El ariete catalán recordó por momentos a Enric Gallego en todo, menos en la definición final, aunque bien es cierto que por más mérito del arquero Dani Barrio. Alex tuvo tres oportunidades claras. En la primera, bajó un balón del cielo que el central le arrebató cuando embocaba a gol. En la segunda, un remate de cabeza se topó con Barrio. Y en la más bonita, bajó con el hombro un balón de arriba y con mucha clase remató cruzado, pero Barrio salvó in extremis.

El resto de delanteros tampoco ha aprovechado la oportunidad con goles. Willy ha estado fuera de la convocatoria en las dos últimas jornadas. Airam debutó sin suerte. Y Mujica, que ha jugado dos ratos, no ha tenido ocasiones.

A Manuel no le preocupa esta circunstancia. «Nosotros buscamos siempre un escenario donde tu equipo se desenvuelva mejor. Hemos creado muchas ocasiones y hemos hecho muchas cosas buenas para ganar. Nos ha faltado acierto. Eso es indiscutible».

El preparador gallego no está preocupado. Ahora, prefiere las sensaciones: «La clasificación ni la miro. Y menos en estas fechas. Una clasificación ahora no nos puede hacer perder ni el camino ni el equilibrio. Este partido sólo se completaría con goles, lo único que nos faltó».

Fenómeno Enric

Al partido del pasado sábado acudió Enric Gallego, cuya huella permanece imborrable para la afición azulgrana. Desde que pisó Almendralejo, no dejó de fotografiarse con aficionados azulgranas en los aledaños del estadio y ya dentro del Francisco de la Hera. El jugador confesó a este periódico que «es increíble lo que me pasa con esta gente. No tengo palabras para agradecerle todo el cariño que tengo hacia ellos».

El ahora futbolista del Getafe aprovechó su único fin de semana de descanso para regresar a Almendralejo, visitar a sus amigos en tierras extremeñas y ver el partido del Extremadura. Incluso, en el minuto 19 de partido, el número de su camiseta en el Extremadura, la afición coreó el nombre de Enric durante un minuto. Y es que el Gigante dejó un legado inolvidable para esta afición.