Proceden de la, dicen, mejor generación de jugadores extremeños de baloncesto, la del 86. Junto a Víctor Lajas, Patrón, Díaz y otros, han ganado casi todos los campeonatos de Extremadura e incluso estuvieron en la preselección nacional.

A los 7 años empezaron a jugar en el colegio, a los 11 el ahora entrenador del Mérida Agusta, Piti Hurtado, les apadrinó y, este año, los separó. "Era importante que, después de tanto tiempo juntos, pudieran emprender caminos diferentes para seguir creciendo" comenta Hurtado. Y es que la figura del que fuera su técnico en las categorías inferiores del Cáceres les ha marcado hasta el punto de que Carlos cree que "es como un hermano mayor". Andrés no está tan de acuerdo con su hermano, "tampoco es para tanto". Una manera distinta de verlo como diferente también es su forma de jugar, pese a ser los dos bases. Andrés, que este año milita en el Mérida Augusta de liga EBA, reconoce no estar contento del todo con su rendimiento, "creo que podía haber aportado más". Carlos, pese a que apenas ha jugado con el Cáceres 2016 en liga LEB, tiene claro que "tengo que seguir mejorando". En ellos confía el futuro del baloncesto regional. De ahí que Piti Hurtado les mime "para que no les pase como a Nando Vicario, que ha tenido que estar 10 años fuera para que le reconozcan la valía que tiene". Además, incide en que "los árbitros no respetan lo suficiente a estos jugadores jóvenes".