Me da igual que ayer su equipo perdiera por 3-0. Puede incluso que el resultado en contra fuera la mejor prueba de su fantástica manera de concebir el fútbol. "Siempre juega al ataque", dicen de él. Me refiero a Manolo Mendoza, entrenador del Miajadas. El joven técnico es un ejemplo más de que los nombres no deberían sobredimensionarse en este particular mundillo porque se corre el riesgo de equivocarse. Mendoza está liderando a un Miajadas que está siendo uno de los mejores equipos del grupo, aunque no esté entre los cuatro primeros clasificados. Practica un fútbol bonito, agradable al espectador, gane o pierda, y eso debería valorarse en su justa medida. Creo que entrenadores como el que me refiero deberían triunfar en nuestro fútbol. Además, se dejan de rodeos y ven este deporte con meridiana claridad, sin remilgos ni teorías peregrinas del sexo de los ángeles de las tácticas o cosas similares. Larga vida al aire fresco en los banquillos extremeños.