Otra vez lo mismo. De nuevo la misma cantinela. El fenómeno es cíclico. La ilusión con la que ha nacido el nuevo proyecto cacereño del baloncesto, que se ha trasladado a más de 2.000 personas, se tambalea por lo de siempre. Ocurre, por extensión, en el resto de deportes. Ahora resulta que no está claro en qué medida apoyará (o sea, cuánto dinero dará) el ayuntamiento al Cáceres. Surge, de nuevo, la duda. En la ciudad extremeña se puede ver, en más que en ninguna otra de Extremadura, que todos los clubs que quieren progresar, que pretenden ofrecer una alternativa saludable de ocio al ciudadano, se encuentran con dificultades un año sí y otro también por la indefinición que supone no saber, ya avanzada la temporada, en qué medida se les apoyará, pese a que las promesas están sobre la mesa. Así no se hacen las cosas. Políticos de un signo o de otro: menos hacerse la foto y más soluciones reales, que el ciudadano se harta y los proyectos naufragan.