Como casi siempre, el rumor ha terminado convirtiéndose en noticia. Era evidente que el escándalo de espionaje de McLaren a Ferrari, la pésima manera que el británico Ron Dennis gestionó todo aquello y, lógicamente, la sentencia demoledora que obligó a la escudería británica a pagar 100 millones de dólares y perder todos los puntos del Mundial de constructores, dejó muy tocado al patrón de la escudería de Woking. Tan tocado que, justo ayer, Mercedes consumó su relevo. No cabe duda de que la poderosa firma alemana, ya casi propietaria mayoritaria de McLaren, ha apartado a Dennis de la primera línea de combate y ha colocado en su lugar a uno de sus hombres de confianza, el también británico Martin Whitmarsh.