Mérida, Cerro de Reyes y Villanovense pusieron fin el pasado fin de semana a una temporada que no pasará al recuerdo de sus respectivas aficiones. En el caso de pacenses y serones aún será peor lo que permanezca en la retina de sus seguidores, pues el retorno a Tercera División un año después de subir a Segunda B no será fácil de asimilar a pesar de que se podía prever el final de ambos equipos tras una temporada más que negativa.

El Mérida, el único equipo extremeño que ha conseguido salvar la categoría, tampoco se salva de la quema , a pesar de haber sido el mejor de nuestros representantes regionales, aunque cabría calificarlo de el menos malo , pues su objetivo de haberse metido en la lucha por el ascenso o haberla rozado se ha quedado muy lejos y ha tenido que esperar a la última jornada liguera para certificar su presencia un año más en la división de bronce del fútbol español.

El proyecto del Villanovense volvió a certificar su condición de equipo ascensor y regresará a Tercera con la intención de volver a optar a regresar a la categoría ahora perdida.

Mientras, la mayor decepción se ha producido en el Cerro de Reyes, personificado en la figura de su presidente, Antonio Olivera Cachola , que después de un lustro de esfuerzos económicos para estar en la categoría, ha tardado sólo unos meses en ver cómo su proyecto se desmoronaba tras un ascenso atípico gracias al descenso del Badajoz y sin tiempo para preparar una plantilla que se reforzó en el mercado invernal, pero sin tiempo para la reacción final.