EXTREMADURA: Toni; Jairo (Pedro José, M. 82), Dani, Roberto Rodríguez, Jairo; Lolo, Marco; Roberto Morales, Manuel (Pichi, M. 72), Raúl (Zurdo, M. 46) y Pavone.

MERIDA: Ramón; Cuevas, Muiño, Cubillas, Raúl Morales; Calvo; Johny (Raúl Rodríguez, M. 72), Benítez (Rafa Fernández, M. 90), Golo, Arenaza (Paco Ortega, M. 86) Muiños.

GOLES: 0-1 M. 10: Muiños. 0-2 M. 12: Johny. 1-2 M. 55: Roberto Morales.

ARBITRO: Perdigones Pacheco (Comité Andaluz). Regular (1). Expulsó a Muiños por doble tarjeta (32´ y 90´) y amonestó a Lolo (49´), Nandi (50´), Fragoso (68´),/ Muiño (28´), Calvo (58´), Rafa Fernández (86´) --en el banquillo--, Arenaza (86´), Tarriño (87´) --utillero-- y Cubillas (90´).

Le amargó el Extremadura la Romería de San Marcos a su afición tras caer anoche ante el Mérida en un partido en el que la diferencia, tan sustancial como evidente, fue la forma de afrontar el derbi por parte de uno y otro contendiente. El cuadro emeritense, liberado de toda presión pero intentando despedirse con toda la dignidad del mundo de la categoría, desnudó las miserias de un bloque, al que han desenchufado prematuramente de la temporada con renovaciones y proyectos de futuro, y que se quedó sin tiempo cuando quiso aparecer en el clásico.

Fue honrado el Mérida con su rival. Lo ajustició con dos tiros de gracia en dos minutos pero nadie puede decir que no le advirtió antes de sacarle los colores. Porque quien avisa no es traidor, Muiños lo hizo en el minuto 7 antes de inaugurar el marcador en el 10, en una jugada personal y después de adornar con un taconazo la pared con Benítez. Casi sin solución de continuidad, Johny fabricó el 0-2 y se permitió hacerle un sombrero a un desasistido Toni (m. 12).

En medio de la bronca generalizada en el graderío, el Extremadura intentaba tapar sus vergüenzas con más voluntad que acierto y ofreciendo una imagen paupérrima. Romo en ataque y roto en su zona de creación, el cuadro azulgrana era un juguete descosido que perdía su relleno en manos de un rival que ponía casta, orden y una lectura atinada del choque.

La cosa pudo ir a más. Pero a los romanos se les anuló la jugada de un gol precedido de fuera de juego y luego ni Muiños (m. 35) ni Arenaza (m. 36) pudieron hacer más sangre a pesar de que lo intentaron con mucho criterio.

MALA CARA Los de Cisqui, que sólo aparecieron cuando ya perdían por 0-2 y con la obligación de acortar distancias cuanto antes, ofrecieron su peor cara. La timorata, la de almas en pena ante un equipo que, sin ser nada de otro jueves, no es el peor, ni de los cuatro peores, que han pasado por el Francisco de la Hera diga lo que diga la clasificación.

Acortó distancias Roberto Morales, después del descanso y tras explotar la mina de la banda diestra del ataque local. Entró en la zaga visitante como cuchillo en mantequilla y envió el balón lejos del alcance de Ramón tras sentar a un par de defensas visitantes (m. 55). Luego el clásico quiero y no puedo y una escuadra almendralejense que se quedó sin tiempo entre imprecisiones y desaciertos. Hasta el final pudo marcar el Extremadura. Pero la suerte ya se había jugado para decepción local.