La confirmación de la marcha de Mario al Logroñés y de Manuel Angel al Eibar, adelantada ayer por EL PERIODICO EXTREMADURA, provocó una auténtica conmoción en los pocos pero aún leales aficionados del Mérida, que están asistiendo a la desintegración de la plantilla por motivos económicos. Ahora se intenta reforzarla.

Aunque se trata de dos bajas notables en la zona defensiva --Manuel Angel ni siquiera jugará el domingo en Melilla--, la secretaría técnica del club emeritense, liderada por el trabajo de Moisés Rodríguez ante un cúmulo de adversidades, trabaja ya en recomponer el equipo y afrontar con las mayores garantías posibles la segunda vuelta de la competición de Segunda B.

DOS NUEVOS NOMBRES

Se intenta conseguir dos cesiones. El pase de Mario al Logroñés se puede contrarrestar con la llegada como moneda de cambio del también central Diego Rangel, que ayer atrás militó en el Extremadura. Entrena hace meses con el club riojano, pero no tiene ficha. Mientras, del Sevilla B puede llegar el también central Roberto para pilar la baja de Manuel Angel, que seguirá cedido por el club hispalense, ahora en el Eibar. Roberto hasta el momento sólo ha disputado dos encuentros con el filial sevillista.

Tal como está el panorama, no se descartan nuevas sorpresas en el capítulo de bajas antes del 31 de enero. Por lo pronto, por distintos motivos se han marchado del Mérida Sergio Beato, Olivar, Nacho Aznar, Raúl, Batalla, Mario y Manuel Angel. Mientras la plantilla emeritense no cobre, sus jugadores son carnaza para los buitres .