Hasta la saciedad ha repetido últimamente Goran Milojevic, entrenador del Mérida, que en el fútbol puede pasar de todo. De hecho, se pueden poner innumerables ejemplos de remontadas épicas tanto a nivel nacional como internacional y en todas las categorías y competiciones, "pero el Mérida no tiene que mirar hacia nadie, sólo tiene reflejarse en sí mismo", dice el técnico balcánico.

Faltando seis jornadas cogió las riendas del equipo Goran Milojevic. Para terminar en play-off necesitaba ganar los tres encuentros de casa y se podía permitir el lujo de perder en Ecija y empatar en Cartagena, obligado de esta forma a ganar en Baza.

REMONTADAS El camino ha sido tortuoso y con finales de infarto: tocó remontar al Puertollano en casa; tras perder en Ecija llegaban tres rivales directos. El Melilla fue superior en la primera parte, pero después se vieron los mejores 45 minutos del campeonato para remontar en el minuto 90. En Cartagena el empate a tres llegó tras ir perdiendo dos a cero y después de tener un penalti en contra a falta de menos de 15 minutos. Esta vez el 89 fue el minuto de oro.

Frente al Aguilas el empate no valía. En esta ocasión hubo que esperar a la prolongación para que Luciano empalmara un balón llovido del cielo. Y la última gran cita ha provocado que toda la parroquia emeritense hable del espíritu de Baza , pues a falta de 20 minutos necesitaban tres goles y se lograron cuatro.

La recta final de los de Milojevic con ocho goles a favor en los últimos tres encuentros fuera de casa, es una garantía para confiar en que El Toralín sea la penúltima estación.

La expedición romana salió ayer hacia la capital del Bierzo con todos los jugadores, incluido Jandro a quien su problema de oído no le va a impedir jugar. La marea romana ha salido desde el estadio. Al final son cuatro autobuses los fletados más cien aficionados en coches propios.