Mérida: Orlando, Chupri, Mansilla, Juli Ferrer, Lupidio, Segovia, Granada, Carlos Rubén (Juan Carlos, min.93), Cuevas (Jandro, min.81), Ismael y Luciano (Sabino, min.68).

Granada: Félix Campo, Ruano (Carlos Ruiz, min.46), Suárez, Zúñiga, A. Morales (Villar, min.63), Gorka Pintado, Jorge García, Vicente (Pinto, min.75), Lucena, Zubizarreta y Javi García.

Goles: 1-0 Cuevas, min.7; 2-0 Cuevas, min.12; 2-1 Mansilla (p.p.), min.37.

Arbitro: Docabo Otero. Regular. Amonestó a los visitantes A. Morales, Jorge García, Lucena y Zubizarreta, y a los locales Chupri, Segovia, Lupidio y Sabino.

Incidencias: Estadio Municipal Romano de Mérida. 1500 espectadores. Los jugadores del Granada sacaron una camiseta con el mensaje "Animo tanque" por su compañero lesionado Bordi.

El Municipal Romano volvió a ser testigo de un gran encuentro entre dos equipos con filosofías muy distintas, en el que quien mejor supo imponer la suya fue el se llevó el gato al agua. El Mérida volvió a un dibujo táctico que no utilizaba desde el partido en el Nuevo Los Cármenes, poblando más el centro del campo. Entonces funcionó (mientras se utilizó) y ayer también. Con Cuevas e Ismael convirtiéndose en auténticas flechas por las bandas, de ahí que a los doce minutos ya se iba dos a cero con estos dos como protagonistas, y con Carlos Rubén, Granada y Segovia ahogando el centro del campo granadino, el Mérida nunca debió darle tanta emoción al encuentro, porque tuvo las suficientes ocasiones para devolver los cuatro goles de la primera vuelta. Siempre hay un pero, y es que el Mérida volvió a evidenciar fragilidad a la hora de defender las jugadas a balón parado.

Tras un primer susto con un córner en contra, el conjunto emeritense enseñó a todo el que quisiera aprender la lección de cómo realizar un contraataque y por si alguien tuviera dudas, volvió a repetir la lección cinco minutos después. En el primero, sería Lupidio desde el lateral zurdo el que realizara un cambio de juego hacía el extremo contrario para que Cuevas, siempre con más fe que los rivales, le robara la cartera al lateral Ruano y de disparo seco y raso pusiera el uno a cero. En la segunda lección participaron más jugadores, primero es Carlos Rubén el que mete el balón al hueco para que Ismael explotara su velocidad, después el propio Ismael ve el hueco para que Cuevas a placer pusiera el dos a cero. Cinco toques de balón, dos goles. Enfrente el Granada no paraba de sobar el esférico pero sin ningún tipo de profundidad y con un Mérida muy bien asentado creando peligro en cada balón e incluso llegando a marcar un tercero bien anulado a Chupri por fuera de juego. El propio Chupri puso a prueba a Félix Campo, al igual que Cuevas, convirtiendo así al cancerbero andaluz en el mejor jugador de su equipo. Sin embargo, el buen hacer emeritense volvería a tener el inconveniente de los balones parados, Mansilla, que hizo un gran partido frenando a Gorka Pintado, volvió a tener la mala suerte de meter el balón en propia puerta al defender una falta. El gol le dio emoción al encuentro, por la fragilidad en estas jugadas más que por el juego en si, ya que los de Oscar Cano nunca crearon peligro real en jugadas que no fueran desde el córner.

SEGUNDA PARTE En la segunda mitad, el Granada durante algunos minutos dio mayor sensación de peligro y parecía que podía empatar, no es que creara ocasiones claras pero sí acercamientos con cierto peligro. Sin embargo, el último cuarto de hora emeritense fue similar al arranque del partido, los contraataques emeritenses fueron espectaculares creándose hasta tres ocasiones muy claras que debieron evitar la emoción hasta el final. La primera fue un remate de Ismael al palo de Félix Campo, en la segunda, un nuevo error defensivo dejó a Carlos Rubén en un mano a mano que el emeritense intentó definir con una vaselina que salió fuera por poco y la última fue un disparo desde dentro del área del propio Carlos Rubén tras una galopada de Jandro.