Mérida - 2: Garavano; Samir, José Mari, Molina, Jesule; Xavi Moro, Víctor Bravo (Chus Bravo, m. 77), Ismael, Jandro; Sabino (Miranda, min 89) y Magallanes (Enzo Noir, m. 70).

Alfaro - 0: Luis Angel; Eder, David, Cervantes (Xavier Jorge, min. 79), Marcos Martín; César Ramón, Israel Losa, Alex Guembe, Gerica (Aller, min. 60), Marcos Guill (Arsurmendi, min. 68); y Víctor Ramos.

Goles: 1-0, min. 42: Jandro. 2-0, Min. 78: Molina.

Arbitro: Martínez Montoro (del colegio madrileño). Amonestó por parte del Mérida a Molina, Xavi Moro y Magallanes y por parte del Alfaro a David, Cervantes y Gerica.

Incidencias: 1.200 espectadores en el estadio Romano. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento del ex-utillero del Mérida Industrial Manuel González Sosa.

Vaya por delante que a este equipo, al Mérida de Milojevic, por humanidad, no se le puede ni se le debe exigir nada. Aún así, el grupo es todo un derroche de profesionalidad. Que la tónica habitual de la Segunda B no sea muy diferente a la que vive el club emeritense (nóminas que se acumulan sin pagar) no debe justificar nunca que el aspecto extradeportivo del Mérida sea deficiente. Bajo esta preocupación, los jugadores tiraron más de oficio que de brillantez y se impusieron cómodamente a un Alfaro que apenas hizo nada por inquietar los nervios de Garavano y la zaga emeritense, ayer impoluta.

Era el día en el que el Mérida no podía fallar. Uno por uno, sus rivales directos en la lucha por el play-off habían ido ganando y no era de recibo dejarlos escapar. Mucha presión. Durante 77 minutos, demasiada. Entonces, cuando más inquietaba el Alfaro (aunque lo hacía con palillos) mientras el grupo de Milojevic mantenía su ventaja por la mínima, apareció la cabeza de Molina, imperial en el remate, para finiquitar el partido y mantener al Mérida en la puja por arriba.

Aunque no hizo falta mucho para mermar las opciones del Alfaro, sobresaliente en orden e insuficiente en fútbol y ambición. Apenas llegaron los riojanos a la meta de Garavano, que a excepción de tres tiros que salieron casi rozando los palos, no intervino para nada en el choque. Sí intervino más su defensa, pero sin muchos quebraderos de cabeza. Sin hacer nada destacable, fue la mejor línea del Mérida en la primera parte, porque el medio campo y el ataque andaban ofuscado. Como arriba este Alfaro no tiene nada (tal vez Gerica, por habilidad y velocidad), la primera parte iba muriendo sin que sucediera nada peligroso. Hasta que Jandro recogió un rebote de la zaga riojana para plantarse cara a cara ante Luís Angel y batirle con mucha sangre fría por bajo a falta de tres minutos para el descanso. A falta de Magallanes, de la inspiración de Ismael y del día de Sabino (harto de trabajar pero sin recompensa en lo futbolístico ayer), Jandro está asumiendo galones y está salvando al Mérida cuando se encasilla y no es capaz de romper. Otra vez ayer, su zancada fue de lo más destacable del cuadro local.

SEGUNDA PARTE Tras el descanso, los de Milojevic mejoraron. También porque el Alfaro, al no convencerle el resultado, adelantó líneas, se atrevió a ser más valiente y les otorgó más protagonismo a sus hombres de ataque a cambio de perder algo de orden. Lo utilizó el Mérida para ser más vertical y trasladar mayor peligro al área riojana. Más peligro arriba a cambio de mayor peligro atrás. Pero entonces el técnico del Alfaro, Franscico Javier Salvatierra, se encargó de robarle morbo al partido: sacó del campo a su mejor hombre, Gerica, y dio entrada a un Aller que apenas intervino. Desde ahí y hasta el final, salvo una ocasión en el último segundo en un mano a mano que lanzó alto Arsumendi, cuando el árbitro ya iba a pitar el final, el Alfaro desapareció por completo. Arriba y atrás. En este tramo el Mérida llegó más veces, aunque sin claridad excesiva. Hasta que Enzo Noir, que debutó ayer tras sustituir a Magallanes a falta de veinte minutos, peinó un corner que remató como un tren Molina y se acabó el partido.