Todo lo que se escriba es poco. La importancia de este partido, tanto para el Mérida como para el Villanovense, es tremenda. Los romanos se juegan la vida y los villanos repetir un sueño. El juicio final comenzará a las 18.00 horas en el estadio Romano. Más que un derbi.

Parece una frase manida, pero en esta ocasión sí tiene sentido. Hay más que tres puntos en juego. Una derrota condenaría al Mérida a sufrir, y mucho, hasta final de temporada. Una derrota apagaría la ilusión del Villanovense de repetir clasificación para el play off. Es una final. Y así lo han hecho saber los técnicos de ambos conjuntos, tanto Nafti como Ania.

No sirven estadísticas. La historia da una nueva oportunidad a Mérida y Villanovense para escribir su futuro. De poco vale que los villanos lleven tomando el Romano desde 2004 o que los pecholatas solo hayan perdido dos partidos en su templo esta temporada. Noventa minutos para soñar y sufrir.

sIN RESERVAS / El Mérida no puede guardar nada y a pesar de las lesiones en su última batalla de Murcia, Nafti confirmó en la rueda de prensa del viernes que «todos sus jugadores están convocados». Arriesgará. Por su lado, Iván Ania no podrá contar con Juanmi ni Kamal, ambos están sancionados. El resto, irán a la guerra.

Una guerra donde las comunicaciones también serán importantes. En el estadio Romano estarán pendientes de lo que hagan Badajoz y Extremadura en su correspondiente partido. Y viceversa. Quien caiga en ambos duelos, es evidente que se complica extraordinariamente la permanencia o el playoff. Es lo que se puede considerar como el harakiri extremeño.

Sobre el tapete, ambos equipos son reflejos del otro. Basan su juego en la zona medular y necesitan generar mucho para marcar goles. Las defensas serán claves. De hecho, Mérida y Villanovense son el noveno y el cuarto equipo, respectivamente, con menos goles en contra. Detalles. Aciertos o errores condenarán a vivir un sueño o una pesadilla hasta final de campaña.

Los pequeños detalles marcan la diferencia. Nafti y Ania lo tienen todo controlado. Ambos técnicos han preparado con mimo el encuentro y saben por dónde pasan las oportunidades de sus equipos. «Hay que ser más intensos que ellos, tener paciencia y perder pocos balones. Y tener acierto de cara a portería», explicaba el técnico romano.

UN EXTRA / Por su parte, el preparador serón tampoco ha querido dejar nada. «Los derbis son partidos especiales y se tienen que preparar con un extra. El Mérida, al igual que nosotros, aprieta arriba y no deja jugar la pelota. Es un equipo difícil de ganar, de transición rápida y mucha intensidad», analizaba Iván Ania. Más allá de lo táctico, este tipo de partido también se juega en la grada. Y el Estadio Romano espera un ambiente de gala para un partido que se afronta como una final por parte de los dos contendientes. Los romanos esperan repetir la entrada del partido ante el Badajoz, con unos 6.500 aficionados animando al Mérida. Mientras tanto, más de 500 serones se desplazarán finalmente para animar al Villanovense.

Mérida y Villanovense, dos sueños distintos. El fútbol despertará a uno. Solo vale ganar. El Romano será el campo de batalla. El pasado no cuenta, el futuro se escribe durante 90 minutos. Ni amigos ni paisanos. A partir de las 18.00 horas, rueda el balón y solo vale marcar un gol más que el adversario. Así de sencillo es el fútbol. Así de complejo.