Hay quien dice que en el fútbol las notas se dan en mayo. En esta temporada tan atípica la primera evaluación será en marzo, cuando acabe el primer tramo de la competición. Sin embargo, desde la fundación del Mérida AD con Dani Martín en la presidencia, parece que el equipo romano tiene su primera reválida a finales de octubre o principios de noviembre, cuando ya se empieza a hablar de finales, como si ganar el siguiente partido fuese definitivo para no dar al traste con el proyecto de cada año.

Estas prisas solían acarrear un cambio de entrenador que en el caso emeritense en muy pocas ocasiones supuso una gran mejora en el comportamiento del equipo. La excepción fue la llegada de Eloy Jiménez por José Miguel Campos en la octava jornada de la temporada 2016-2017, ya que cogió al equipo en descenso y estuvo cerca de acabar entre los cuatro primeros.

La temporada pasada, Paco Puertas, actual presidente del Mérida, destituyó a Santi Amaro a principios de octubre después de perder en la séptima jornada frente al Villarrubia (1-3). Amaro dejó al equipo en posición de descenso y Diego Merino, su sustituto, una vuelta después, no fue capaz de sacarlo de esas posiciones y también, tras caer derrotado por el mismo equipo manchego (5-1), fue destituido para que ocupara el banquillo Juanma Barrero.

Ahora el contexto es distinto porque la competición es más corta. Solo se llevan disputadas tres jornadas en las que el Mérida solo ha conseguido un empate. El déficit de puntos es importante y las jornadas para recuperarlos son solo 15.

«Vamos muy rezagados»

Fue el propio entrenador emeritense, Dani Mori, el que no dudó en reconocer que el partido frente al Melilla (domingo, 12.00 horas), «es una final y los siguientes, también; en puntos vamos muy rezagados». Tras caer derrotado en Villarrubia, Mori fue muy claro y crítico con el rendimiento de su equipo: «Estamos muy decepcionados, no pensábamos que íbamos a hacer un partido tan flojo. No reconocí al equipo, estaban muy desordenados y acelerados».

Para Mori, el estado del equipo «es una cuestión de confianza: «Necesitamos desquitarnos y tener una victoria. En el club estamos todos decepcionados y entiendo que la afición también lo esté porque yo mismo no reconozco a mi equipo, no estamos rindiendo al nivel que tenemos nosotros». A pesar de que la baja de Edu Cortina «es muy importante y la de Barbosa más», el técnico «nunca» va a poner excusas porque «con los jugadores que disponíamos, teníamos capacidad suficiente como para haber ganado».

El punto conseguido por los emeritenses en estas tres primeras jornadas le deja penúltimo del Subgrupo V-B y quien visita al Romano este domingo es el líder, que cuenta sus partidos por victorias, lo que indica la complicación del choque. Difícil, aunque una victoria tendría un altísimo valor emocional. Eso sí, tendrá que ser sin público, ya que Sanidad no permite el acceso al estadio emeritense.