El próximo 19 de junio cumplirá 28 años y, aunque muchos lo analicen como un riesgo impregnado de atrevimiento, el Extremadura lo tiene claro: Diego Merino es el elegido para comandar su banquillo en Segunda B. La noticia saltó a primera hora de la mañana de este martes y ha revolucionado a la afición azulgrana, ilusionada con la elección por parte del club.

El anuncio llegó a ser trending topic en Twitter y las felicitaciones se han multiplicado en redes sociales desde todos los puntos de España. Una apuesta valiente y decidida por la juventud, la formación, la ambición y, especialmente, el trabajo de un técnico cuya carrera alcanza velocidad de crucero.

Tras cuatro temporadas en el Rayo Vallecano, el emeritense ha decidido volver a casa por la puerta grande. "Soy extremeño y sé cómo se mueve nuestro fútbol. Cuando surgió la opción del Extremadura fue mi prioridad. Estoy en el lugar dónde quería estar y vengo con toneladas de ilusión". Hoy será presentado a las doce del mediodía en el Francisco de la Hera, su casa esta temporada. Manuel Franganillo y Juan Marrero, sus valedores, lo tuvieron claro tras varias tomas de contacto con él.

Merino casa con la idea de proyecto que buscan. Su experiencia en el Rayo servirá al conjunto azulgrana para profesionalizar la parcela deportiva. Llegará junto a Héctor Carrión, su preparador físico de confianza y al que considera "un top en España". Pedro José seguirá de ayudante, mientras Juanma será el entrenador de porteros.

MAXIMO TRABAJO El Extremadura de Merino será, ante todo, un equipo basado en la humildad y el trabajo. "Me considero una persona muy responsable y creo en el trabajo por encima de todo. El fútbol se resume en una palabra, eficacia, y mi objetivo es buscarla", apunta. El emeritense, que se ha impuesto en la carrera final por delante de Abel Buades, no quiere que la edad sea un lastre en su carta de presentación: "aquí sólo vale trabajar. Me dejaré la piel por este proyecto. Creo en la formación, la preparación y el trabajo".

Al extremeño le gusta que sus conjuntos tengan la pelota, pero sobre todo optimicen recursos. Aunque siempre se le asoció con Paco Jémez, sus equipos tienen su propia personalidad: "me gusta una manera vistosa y alegre de jugar, que casa con la gente de Almendralejo, pero las características de los jugadores marcan luego el fútbol".

Diego Merino no pierde el tiempo. Ya ha pedido un despacho en el estadio y una sala de vídeos. Tiene pendiente reuniones con Pineda y Ruiz, directores de la cantera y por delante horas de trabajo para hacer del Extremadura un equipo con ventanas abiertas. "Por mí, empezaba a entrenar mañana".