Entre Leo Messi y Luis Suárez suman 53 goles. Más que todos los equipos de Primera excepto el Madrid, que acumula 55 tantos gracias a la aportación de toda la plantilla. Los datos describen la dimensión de la sociedad que forman en la delantera del Barça y que van completando Dembélé, Coutinho y Malcom, en menor medida.

Antoine Griezmann debió pensar el sábado, durante los largos ratos en los que no pudo tocar la pelota, aislado como estaba en el ataque del Atlético, huérfano ya de su colega Diego Costa, que podría haber sido esa tercera pata del tridente. Se lo habría pasado mejor. El sábado y los demás partidos de la temporada. Se habría sentido más acompañado y, tal vez, llevaría más goles que los 13 que ha anotado en la Liga.

Griezmann eligió ser la estrella indiscutible del Atlético, y el mejor pagado del club, como en su día prefirió serlo Neymar en el PSG. Griezmann perdió la Liga frente al que pudo ser su Barça, después de haber perdido la Copa y la Champions semanas antes. Pero es campeón del mundo, dirá, y Messi y Suárez tendrán que esperar tres años para volver a soñarlo.

No sueñan con la consecución del triplete, el segundo que celebrarían juntos desde el 2015, el tercero de Messi, que con el 2009 lograría otro récord imbatible. La Copa está aplazada (la final se jugará el 25 de mayo), la Champions se reanuda este miércoles con la visita a Manchester, y la Liga está encarriladísima tras la victoria sobre el Atlético.

Gestada, naturalmente, con los goles de Suárez y Messi. Consumada, para no variar, en el último tercio de partido. Casi la mitad de los goles del Barça (40 de 81) se han marcado en la última media hora de partido. La influencia de la sociedad en el equipo es superior y va en aumento. Los 33 goles de Messi más los 20 de Suárez significan el 65% de los tantos del Barça. Un porcentaje que se eleva, desde enero, al 81% de los goles de la Liga. Messi ha marcado 18, Suarez suma 9 y Dembélé, Semedo, Rakitic, Piqué, Malcom y Coutinho han realizado una mínima aportación.

Es ahora, en la fase final de la campaña, cuando se deberían observar los beneficios de las (pocas) dosificaciones de Ernesto Valverde. La fractura en el radio del brazo derecho de Messi y las molestias en la rodilla derecha de Suárez les restaron partidos en octubre y noviembre. Los mayores descansos proceden de la renuncia a participar en los amistosos de la selección, aunque Messi ya ha vuelto con la argentina. Suárez se ha perdido dos convocatorias con la uruguaya por aquella lesión de la rodilla y otra en el tobillo en marzo.

Ese menor cansancio acumulado en dos jugadores que cumplirán 32 años se traduce en un rendimiento mejor con la fatiga. Los dos marcaron alrededor del minuto 90 en Villarreal, transformando el 4-2 en un 4-4 y salvando un punto. Ante el Atlético añadieron dos al acertar en los cinco últimos minutos. Todo en cinco días. «Dimos un gran paso adelante», explicó Lucho después de ganar la partida a Giménez y Godín.