Vuelve Leo con Argentina. Va y viene Messi de su país, pero nunca abandona. Da igual lo que le pase. Siempre encuentra un motivo para retornar. Poco importan las decepciones que vaya encadenando con la albiceleste porque el 10 descubre al instante un argumento mayor para no renegar jamás de su país. Hace casi cuatro meses que no juega con su selección, producto de la ira que vivió tras ser expulsado, de forma injusta entendió él, por un incidente en el partido por el tercer y cuarto puesto de la última Copa América. Ganó Argentina a Chile (2-1), pero Messi echó fuego por la boca, cansado de sentirse atacado. Él y Argentina, claro.

"Nosotros no tenemos que ser parte de esta corrupción, de las faltas de respeto que sufrimos durante esta Copa América", denunció la estrella azulgrana, dolido porque entendió que había demasiadas piedras artificiales colocadas en el camino de la selección de Lionel Scaloni, entonces técnico provisional, ahora seleccionador con todos los derechos. Y obligaciones.

DENUNCIA DE CORRUPCIÓN

"Estábamos para más y no nos dejaron estar en la final. La corrupción, los árbitros y todo eso no permitieron que la gente disfrute del fútbol", clamó Messi sacudiendo las estructuras de la Conmebol, confederación suramericana de fútbol.

Acusaciones duras e inéditas del Leo más belicoso en la defensa de su patria futbolística. No se le había visto casi nunca así. Era una versión insólita de una estrella que se resiste a dejar pasar su ciclo con Argentina sin dejar huella alguna, hastiado de perder finales como ha perdido. La Conmebol reaccionó con una dura sanción para el astro.

Tres meses apartado de los compromisos de las selecciones. Tres meses, además, que han coincidido con un extraño inicio de temporada para Messi. Extraño porque no es habitual que arrancara la temporada lesionado. Llegó a la ciudad deportiva el primer día tras las vacaciones veraniegas y notó un pinchazo en el soleo, que le tuvo en la enfermería durante los cuatro primeros partidos.

El Barça, al igual que Argentina en sus duelos amistosos, se tuvo que acostumbrar a la compleja vida sin Leo. Tras una pequeña recaída, que le hizo perderse el duelo de Getafe, el 10 está de vuelta. Mientras espera que Valverde halle en el Camp Nou la llave para sincronizar a esas dos generaciones que cohabitan en el vestuario ha logrado encadenar ocho encuentros consecutivos. No se ha perdido ni un solo minuto. Ocho partidos, nueve goles. Cifras rutinariamente extraordinarias del gran Leo.

UN BRASIL SIN NEYMAR

A ese mismo se aferra Scaloni, que ha estado en Mallorca trabajando en calma con la selección antes de aparecer hoy en Arabia Saudí para enfrentarse al Brasil de Tite, pero sin Neymar. Sigue lesionada el delantero, aunque encara ya los días finales de su recuperación.Pero Messi no podrá ver en el campo a su viejo amigo, al que intentó reclutar, pero sin éxito, este pasado verano para que retornara al Barça. Y si la seguridad no lo impide, sí que podrá enfrentarse el próximo lunes en Tel Aviv bajo la tensión de la Franja de Gaza en otro amistoso a la Uruguay de Luis Suárez.