La selección española ha funcionado en esta Eurocopa como si se tratara de un campus juvenil dirigido por un grupo de veteranos profesores. Juan Santisteban, Armando Ufarte, Ginés Meléndez, Teodoro Nieto y Alfonso Fraile, el grupo de trabajo de Iñaki Sáez, pertenece a otra época. A otro fútbol. Sus métodos son válidos para las categorías inferiores, para trabajar y lograr éxitos con los chavales, pero no para unos jugadores de élite acostumbrados a un entrenamiento más moderno.

España ha demostrado estar tácticamente poco trabajada, ha despreciado el juego a balón parado y, sobre todo, ha evidenciado un profundo desconocimiento del juego del rival. Sáez apenas ha practicado la estrategia. Un aspecto en el que, por ejemplo, siempre incidía Camacho de forma machacona.

Capítulo aparte merece Delgado Meco. El preparador físico, ya sin responsabilidad en el Athletic, ha sido incapaz de recuperar el tono de un equipo que llegaba castigado por una dura temporada. Por eso España ha sido la selección que ha jugado más lento en el torneo.