Con el objetivo de la permanencia cumplido y la satisfacción de tener dos partidos por delante con menos tensión, en el entorno del Extremadura ya empieza a hablarse de mercado, futuro y planificación. Uno de los primeros nombres en salir a la palestra ha sido el de Kike Márquez, un futbolista que según la rumorología podría sopesar una oferta del Hapoel Beer Sheva, equipo de la Primera División de Israel. Sin embargo, el sanluqueño pasó ayer por los micrófonos en sala de prensa y, además de desmentir la oferta, fue contundente: «tengo contrato en el Extremadura y, aunque suenan muchos rumores en redes sociales, tanto el club como yo ya estamos hablando. Mi intención es quedarme aquí». Así de rotundo.

En Almendralejo, Kike Márquez ha encontrado todo lo que un artista sobre el césped como él necesita para sentirse feliz: cercanía, cariño, comodidad, liderazgo y oportunidades. «La edad te hace mirar otras cosas. Estamos de acuerdo que lo económico es algo importante, pero también lo es la felicidad del día a día. Lo que tienes alrededor y la familia. En el Extremadura me siento como en casa. Está cerca de mi gente y mi familia viene a verme habitualmente. El futbolista también mira esas cosas», confesó el andaluz.

Después de ocho años buscando su oportunidad en el fútbol profesional y varios ascensos frustrados a Segunda, el ‘torero’ de Sanlúcar encontró su momento en el Extremadura. Primero con el ascenso y después con su primera temporada completa en Segunda División, donde se ha destapado con seis goles y una fantástica segunda vuelta. Eso no ha pasado desapercibido en otros clubes como Alcorcón y Real Zaragoza, dos novias que también podrían haber preguntado por Kike Márquez.

«Me están pasando cosas que no imaginaría hace dos años ni en mis mejores sueños. Hemos logrado los objetivos, he podido llevar el brazalete de capitán de este club. Estoy muy agradecido al club, al pueblo de Almendralejo y a la región porque, sinceramente, me siento como en casa», reconoce.

VUELTA A CÁDIZ / El del próximo domingo no será un partido más para Kike Márquez. El sanluqueño vuelve a uno de sus clubes del alma y con el que pudo disfrutar durante tres temporadas: el Cádiz. Será la primera vez que juegue en el Ramón de Carranza tras salir de allí hace ahora cuatro temporadas. «Será extraño porque ya he dicho muchas veces que Cádiz es mi casa. Estoy feliz por volver, pero también tengo claro que el equipo no se va a relajar y tenemos que ir a Cádiz a ganar el partido».

Kike también ha hablado de su segunda parte del campeonato y el liderazgo adquirido en el once inicial conforme pasaban los partidos. «Es evidente que me pesó no hacer una pretemporada con el grupo. La primera vuelta no estuve al nivel esperado y lo sabía. Luego me he puesto el mono de trabajo y he encontrado mi mejor versión».

Para Márquez, el gol de penalti ante el Mallorca supuso un punto de inflexión, ya que le permitió recobrar la confianza. Fue una pena máxima en el descuento. El Extremadura perdía y necesitaba el gol para empatar. Kike Márquez asumió la oportunidad, le quitó de las manos la pelota a Enric Gallego y ejecutó a gol. Un torero futbolista al que el miedo no le afecta en absoluto.

En el Cádiz fue noticia la despedida del delantero Manuel Vallejo, que dijo que se va «con mal sabor de boca» por no poder jugar los dos últimos partidos al estar convocado por la selección española sub-21. La temporada que viene jugará en el Valencia.