"Mi motivación ahora es mejor que en el 2004 o el 2005. Pero si veo que la pierdo llamaré a Bruyneel y me iré a casa. Lo que sé es que cada vez que he venido a Tenerife a preparar la temporada he acabado ganando el Tour de Francia. La única diferencia que veo con el Armstrong de hace 10 años es que me duele la zona lumbar cuando monto en bici, un problema que todavía no he podido resolver", recalcó el heptacampeón de la ronda gala, con gran simpatía y mucho más desparpajo que en su época de dominador absoluto del Tour.

Armstrong, inteligente como siempre, no quiere enfurecer a Contador. "Cuando yo empecé en 1992, él tenía 10 años. Pero, enseguida, vi que era un tremendo talento natural. Por eso, ya en el 2005, le dije a Bruyneel que fichara a ese chaval. Seré leal a Contador, al equipo y a las leyes del ciclismo. No regreso para quitar nada a nadie". El 2009 marcará el retorno del tejano que por primera vez afrontará Giro y Tour. Vuelve con apetito. Contador lo sabe. Y él, a pesar de que trate de exteriorizar modestia, tampoco esconde sus intenciones.