Cacereño: Pedro, Antonio, Javi Núñez, Marocs, Andrada; Carlos, Copito, Avila, Villacampa (min. 66, Willy); Fabiani (min. 73, Emilio Rosa) y Ramiro.

Miajadas: Romero, Teo (min. 85, Bermúdez), Toledo, Blázquez, Javi, Escuero, Lolo, Tomás (min. 79, Arturo); Rai y Toni (min. 70, Barrantes).

Goles: 0-1-Min. 53: Teo. 1-1-Min. 61: Ramiro. 1-2-Min. 70: Rai.

Arbitro: Gallego Abellán (0). Muy mal técnicamente. Tarjetas a los locales Javi Núñez, Andrada y Avila y a los visitantes Teo, Toledo, Tomás, Fran Díaz, Rai y Blázquez (dos, expulsado en el 92).

Incidencias: Alrededor de 400 espectadores en el estadio Príncipe Felipe, buena parte de ellos aficionados del Miajadas. No estuvo el presidente verde, Félix Campo.

Que José Manuel Romero, durante muchos años portero del Cacereño, celebre el triunfo de su equipo como si hubiera conseguido una Copa de Europa o que Rai, futbolista del Miajadas y exjugador verde, sea el mejor jugador de los 27 que participaron en el triunfo visitante en el Príncipe Felipe certifica que algo no ha funcionado bien en el histórico club extremeño.

El Miajadas, clasificación en mano, es ya el primer club de la provincia. Ayer, en un discreto encuentro y liderado por exfutbolistas verdes, algunos de los cuales reniegan de su pasado en el club de su ciudad, se impuso a un Cacereño inerte, sometido al fútbol directo que tanto se pregona hoy y al que le será harto complicado entrar en el grupo de los elegidos. Hoy por hoy, futbolísticamente, pinta mal para el club, enfrascada en un decaimiento tristemente generalizado.

Tuvo el Miajadas siempre un mejor trato al balón, y así lo hizo durante un primer tiempo en el que gozó de un par de opciones claras y en el que los locales estuvieron como la tarde, con un grado de espesura tremendo.

Ninguno de los dos era especialmente superior al rival --el Cacereño ya no asusta a nadie-- y hubo que esperar a la continuación para ver algo de emoción y una pizca de buen fútbol. Teo, a rechace de Pedro tras una falta del fantástico Rai, puso el 0-1. Copito, sin duda de lo mejor en los locales, sirvió al batallador Ramiro el empate poco después.

Cuando mejor lo hacía el Cacereño, llegó el 1-2, que se inventó Rai tras forzar y tirar una falta que rebotó en Marcos. La lesión de Fabiani --anoche tuvo que ser trasladado al hospital por un golpe en la cabeza-- restó potencial atacante a Miguel Angel Mateos.

Las acometidas finales verdes de poco sirvieron ante la excelente defensa dictada por Manolo Mendoza, uno de los técnicos con más futuro en la región. No es que lo tenga fácil, pero tiene en la cantera verde un aliado sensacional en una pirueta del destino que suena a grotesco. El propio Mendoza dibujó al Cacereño a la perfección: sin decirlo, habló de que el fútbol directo es poco argumento para soñar.