Michael Phelps no es solo un fenómeno dentro de las piscinas o en el marco puramente deportivo. Su entrada definitiva en la leyenda olímpica --que ayer solidificó con su sexta medalla de oro en siete días (esta pasada madrugada iba a por la séptima para empatar así con el histórico Mark Spitz de 1972)-- le supondrá convertirse en uno de los deportistas más ricos del mundo, si bien no llegará aún a la altura de los grandes iconos comerciales del deporte como Tiger Woods, Michael Jordan y David Beckham.

El principal problema que deberá solventar Phelps en este aspecto es que los Juegos Olímpicos son cada cuatro años y los patrocinadores necesitan una presencia continuada de sus deportistas en la vida pública y los medios de comunicación. Pero según apuntan los expertos en márketing deportivo, Phelps tenía un valor anual de unos tres millones de dólares, que prácticamente se multiplicará por 10 tras su extraordinaria exhibición en Pekín.

Ayer, el nadador de Baltimore revalidó su título olímpico de 200 metros estilos con un nuevo récord del mundo (también lleva seis, tantos como finales) de 1.54.23 minutos, que mejora los 1.54.80 que él mismo tenía desde hace un mes y medio. Ni el húngaro Laszlo Cseh (récord europeo con 1.56.52 y tercera plata para él) ni su compañero de apartamento en la Villa Olímpica, Ryan Lochte (tercero, con 1.56.53), pudieron con el imparable momento glorioso de Phelps, que le va a deparar beneficios astronómicos. "Si quiere, no tendrá que trabajar nunca más. Puede vivir de esto durante 50 años", dice Max Markson, un conocido agente de celebridades.

GANANCIAS MILLONARIAS Dicen los expertos que Tiger Woods, que lleva 10 años liderando el golf mundial, llegará a la suma de 1.000 millones de dólares ganados en el año 2010. Phelps seguramente no llegará a tener esos ingresos, pero su carisma, popularidad y calidad le pueden catapultar también muy alto, a unos 30 millones de dólares anuales. La incógnita es saber cuánto tiempo podrá mantenerse a unos niveles tan altos. Con 15 años ya estuvo en los Juegos de Sídney, y con 19 ganó seis oros y dos bronces en Atenas. A los 23 está en una cima imposible de volver a escalar.

Phelps está rodeado de un equipo de patrocinadores, agentes, abogados, contables y responsables de prensa. A los 18 años ya era millonario. Coincidiendo con su décima medalla de oro (cuarta en Pekín), Visa, que le tiene en nómina desde el 2002, lanzó un anuncio televisivo recordando que es el deportista con más títulos olímpicos.

MARCA DE REFERENCIA Eli Portnoy, una consultora estadounidense especializada en marcas de referencia, cree que los éxitos de Pekín incrementarán decisivamente la "visibilidad" del supercampeón. "La juventud y la compostura que mantiene bajo presión hacen de Phelps el sueño de cualquier mercadotécnico. A corto plazo, es una mina de oro porque representa todo lo que es puro, joven, fuerte y visionario. No habíamos tenido a alguien como él desde Mark Spitz", asegura Portnoy.

La imagen del nadador también ayuda. Excelente deportista, humilde y con don de gentes, no se le conocen enemigos ni entre sus rivales directos. Solo una mancha amenazó su inmaculada imagen, cuando en el 2004 fue arrestado por conducir con un nivel de alcohol superior al permitido. Phelps reconoció su error y pidió perdón.