«El confinamiento lo llevé bastante mal al principio, pasé mucho miedo, porque soy una persona que tiene siempre mil cosas para hacer y que no para en casa, y cuando te dicen que tienes que estar encerrada sin salir es duro, por lo menos para mí». Así se expresa Isa Espino, opuesta del Extremadura Arroyo, a propósito de cómo ha vivido los últimos tres meses por la pandemia del covid-19.

Espino asegura a este respecto que, desde el día que se decretó el aislamiento en la localidad cacereña, «no volví a salir de casa para nada, ni para sacar al perro, ni para tirar la basura, tenía miedo de salir y volver con el virus, no solo por mí, sino más porque mi madre se hace cargo de mi abuela, y ella sí que es una persona de riesgo».

La jugadora afirma que durante el confinamiento ha tenido «la suerte de estar bien acompañada en casa, y además siempre he tenido trabajo de clase para estar entretenida».

Muy liada

En este sentido desvela que durante este período de tiempo, «terminé la carrera de Terapia Ocupacional y gracias a la Fundación Jóvenes y Deporte, este año estoy cursando TSEAS, que es el antiguo TAFAD, y nos han tenido trabajando virtualmente con bastantes tareas, circunstancia que me ha mantenido bastante ocupada. He tenido que hacer un teatro de sombras, un cortometraje, un cuentacuentos, así que no nos ha faltado entretenimiento».

Para no perder la forma, ha seguido una estricta rutina de trabajo «todas las mañanas, planificada por nuestra preparadora física, Judith Pérez, y ahora que se puede salir, voy todos los días a pasear y veo a mis amigos un rato, lo que propicia que nuestra vida social se vaya retomando poco a poco, algo que para mí representa un gran alivio».

Por lo que se refiere a la próxima temporada del Extremadura Arroyo, asevera no estar «al tanto de nada, solo lo que se publica en prensa, algo similar a lo que le debe pasar a la junta directiva, que imagino que estarán esperando a que la RFEVB concrete cómo y de qué forma se planteará la próxima campaña».

«Lo que sí puedo asegurar es que, después de lo mal que lo hemos pasado, estoy deseando volver a entrenarme, a sentir la cercanía de mis compañeras y del cuerpo técnico, será como un bálsamo que nos transportará, al menos durante unas horas, a ese tiempo tan normal que tanto echamos de menos», concluye.